Es, sin duda, la bacteria de moda. Se llama Helicobacter pylori y su nombre suena cada vez más familiar. A ella se asocian problemas digestivos como la úlcera o gastritis aunque los expertos advierten que su presencia no está asociada a problemas serios en la mayoría de los casos y aclaran que la bacteria lleva entre nosotros desde la prehistoria, solo que ahora es más conocida, simplemente, porque se diagnostica más gracias a los avances médicos. Ni siquiera la incidencia ha crecido notablemente en los últimos años, aseguran.

La Helicobacter pylori es una bacteria cuya característica principal es que vive en la mucosa del estómago humano de forma específica. Allí encuentra un medio ideal para vivir y reproducirse a pesar del pH ácido que hay en el estómago como consecuencia del ácido clorhídrico del jugo gástrico. "En este medio la bacteria se encuentra muy protegida, incluso a pesar de la cantidad de veces que tomamos antibióticos por diversas infecciones a lo largo de nuestra vida. Tan protegida, que lo habitual es que la infección acompañe al individuo toda su vida", indica el doctor Ducóns.

Las defensas del hombre no son capaces de eliminarla y hay una tolerancia inmunitaria en virtud de la cual, ambos (el individuo y la bacteria) pueden convivir sin menoscabo de la salud en la mayoría de los casos.

La bacteria se puede encontrar en las heces y en la placa dental, por lo que el contagio fecal-oral y oral-oral es una vía posible. Esto explicaría por qué la infección es más frecuente en condiciones de hacinamiento. Otra vía es la potabilidad de las aguas y que se relaciona con malas condiciones higiénico-sanitarias y la pobreza de los países.

PREVALENCIA

Su prevalencia varía con las condiciones higiénico-sanitarias y el uso de antibióticos. En los países del tercer mundo la infección es muy frecuente incluso en niños. Aragón, por su parte, tiene un perfil de infección propio de un país occidental. Es decir, la mayoría de los individuos de más de 65 años están infectados mientras que cuanto más joven es el individuo menos probabilidad hay de que lo esté. Este patrón obedece a los cambios en la higiene, potabilización de agua de boca y el uso extenso de los antibióticos en las últimas décadas. "Sin embargo, en un estudio que publicamos hace unos años, cuando analizamos la prevalencia de la infección en pacientes que aquejaban síntomas digestivos, encontramos helicobacter en más del 70 % de los pacientes con independencia de la edad. Por el contrario, se estima que el 70% de los pacientes infectados no tendrán nunca síntomas atribuibles a la bacteria", asegura el especialista. De hecho, cada vez son menos los infectados en Aragón, "otra cosa es que se diagnostiquen muchos casos porque se hagan muchas pruebas", sostiene.

Aunque la bacteria se conoce desde el siglo XIX, no fue hasta 1984 cuando se estableció su relación con la úlcera de estómago y la gastritis. En ese año, Marshall y Warren, publicaron el descubrimiento en Lancet, lo que les valió el Premio Nobel de Medicina en el 2005. Desde entonces, la úlcera péptica (de estómago o duodeno) se trata con antibióticos como una enfermedad infecciosa. Si se logra erradicar la infección del estómago, la úlcera cicatriza y no se vuelve a abrir. El paciente queda curado de una dolencia que antes le acompañaba casi toda la vida con dolor y el riesgo de hemorragia o perforación. De hecho, la patología ulcerosa es cada vez menos frecuente debido a que los pacientes se curan y a que las nuevas generaciones están menos infectadas. Hay que destacar, sin embargo, que solo el 1% de los infectados harán una úlcera a lo largo de su vida.

Aunque menos importante que la úlcera, la helicobacter pylori produce una inflamación de la mucosa gástrica,llamada gastritis, en todos los individuos infectados. En realidad, la inflamación es consecuencia de la respuesta del sistema inmune contra la infección. No logra eliminar la bacteria y se crea una especie de entente que dura toda la vida. En la mayoría de los casos carecerá de importancia, pero en otros puede asociarse a molestias. Para su diagnóstico es necesario el estudio de las biopsias tomadas durante la endoscopia.

No es necesario tratar a todos los infectados. El 70% de ellos se encuentra bien y no presenta problema alguno. Así, se trata solo a aquéllos que puedan beneficiarse, como diagnosticados de úlcera, aquejados de dolor de estómago o familiares de pacientes con cáncer gástrico porque puede disminuir el riesgo de padecer la enfermedad.