La tercera Comisión de Hacienda y Economía del Ayuntamiento de Zaragoza en solo una semana, celebrada ayer para aprobar la Cuenta General del ejercicio 2018, sirvió para algo más que para arremeter contra la herencia recibida de ZeC. El Gobierno de PP-Cs anticipó, a modo de premonición o de venda antes de la herida, que las cuentas del 2020 se verán mermadas por la baja ejecución del año pasado. Este ejercicio, explicó la responsable de las finanzas municipales, María Navarro, «va a lastrar» el presupuesto que ella tendrá que elaborar porque se dejaron de ejecutar 23.284.628,34 euros y eso, además de no traducirse en actuaciones que la ciudad necesita, afecta a la «regla de gasto» que el Gobierno central fija en base a lo realmente invertido.

Navarro detalló que, según la Cuenta General, la ejecución del gasto en el 2018 fue del 91,34%, el porcentaje más bajo de los últimos cuatro ejercicios, mientras que los ingresos obtenidos alcanzaron el 98,89% de lo previsto. La conservadora reprochó a la izquierda que critique «que el Gobierno central aprisiona a las entidades locales y luego se dejan sin gastar 23 millones de euros» y recordó que ya avisó de «que su gestión iba a dejar hipotecado al ayuntamiento» para avanzar que eso, hipotecarlo, es lo que harán esas cifras con el presupuesto del 2020 que ella deberá elaborar en septiembre.

VALLE DE LÁGRIMAS

Esta era la lectura que hacía el Gobierno municipal de un documento como el de la Cuenta General que se aprobó, curiosamente, solo con los votos a favor de la izquierda, ahora en la oposición. El PP, por primera vez, por lo menos no votó en contra, pero hizo constar que se desentiende de una gestión que debería defender Fernando Rivarés, anterior responsable de las finanzas y que ayer, ahora desde las filas de Podemos-Equo, calificó de «magníficas». Cs mantuvo su habitual abstención. Y Vox, nuevo en la corporación, se abstenía porque su portavoz, Julio Calvo, admitía haber regresado de las vacaciones el día anterior y ni se había leído el documento que dibuja una radiografía exacta de las finanzas. «Confío en que estará en mi correo», dijo.

El PSOE apoyó el documento, pero el socialista Horacio Royo recriminó a Navarro su «ejercicio de oposición permanente» a la gestión de ZeC. «La ciudad no necesita un Gobierno al borde del esguince cervical de tanto mirar hacia atrás», añadió. A su juicio, este «valle de lágrimas artificial» oculta lo relevante, que es «incapaz de poner encima de la mesa cuál va a ser su proyecto».

«Usted no tiene autoridad moral para hablar de ejecución presupuestaria, siempre votó en contra», le reprochó el edil de ZeC Alberto Cubero, que cargó contra esa actitud «demagógica» y le recordó la renuncia de PP-Cs a elaborar un presupuesto para este año. Además, toda la izquierda criticó a Navarro esa decisión unilateral de no litigar por la deuda del tranvía: «Lo que no vamos a hacer es utilizar los tribunales para hacer política», respondió ella.