Cáritas atendió el año pasado en Aragón a 29.627 personas, un 9,2 por ciento menos que un año antes, un signo de esperanza pero con matices, porque la entidad ha constatado la cronificación y el agravamiento de la situación de quienes siguen necesitando ayuda.

Una tendencia, ha dicho hoy en la presentación de la memoria de la entidad de 2016 el presidente de Cáritas Aragón, Carlos Sauras, que persiste este año y que evidencia que de la crisis "han salido muy mal paradas muchas personas", con una situación económica muy débil y pocas posibilidades de salir adelante por ellas mismas.

Así, el secretario técnico de Cáritas Aragón, Jesús Luesma, ha concretado que el año pasado la entidad atendió a 29.627 personas, el 54 por ciento españolas, el 45 por ciento familias con menores a su cargo y de éstas, el 22 por ciento monoparentales, y el 70 por ciento ya atendidas un año antes y un 67 %, en los dos últimos años.

Las cifras demuestran que la situación se cronifica en el tiempo y se agrava, incluso para familias con miembros en activo, y por tanto que la salida de la crisis no implica una reducción significativa de las tasas de pobreza y desigualdad, ya que en Aragón hay 200.000 personas en riesgo de exclusión y, de ellas, 31.151 en situación de pobreza severa.

El año pasado, Cáritas Aragón invirtió 11.984.002 euros -el 72 por ciento procedente de aportaciones privadas y el resto públicas-. En torno al cincuenta por ciento para atender necesidades básicas de las personas.

Sauras ha insistido en que ha sido necesario destinar más recursos económicos y más agentes de la entidad -que agrupa a las seis Cáritas diocesanas de la comunidad y cuenta con 2.877 voluntarios y 251 personas contratadas- por el grado de deterioro de las personas atendidas, unas con una mala situación ya antes de 2008 y otras que han visto gravada su situación tras años de paro y precariedad.

"Ha habido un sector muy importante de la sociedad que ha salido malherido de la crisis", ha insistido Sauras, quien ha recordado que según la Fundación FOESSA de Cáritas, siete de cada diez hogares no percibe todavía los efectos de la recuperación económica, que además conlleva trabajos precarios y muy mal pagados, generando un sector importante de empleados pobres y una sociedad más desigual.

Ante esta situación, Sauras ha reclamado luchar por variar el modelo económico imperante porque "la economía no puede estar al servicio del beneficio, sino al servicio de la persona".

En el caso concreto de Aragón, ha admitido la mejoría del Ingreso Aragonés de Inserción (IAI) con la entrada del Gobierno de Javier Lambán, pero ha lamentado que los grupos parlamentarios no hayan sacado adelante aún la ley de renta básica de Aragón cuando una comunidad vecina como La Rioja lo ha hecho por unanimidad.

"No es tan difícil ponerse de acuerdo cuando se ponen por delante las necesidades de los ciudadanos, especialmente de los ciudadanos pobres", ha concluido Sauras.