La manifestaciones del primero de mayo se trasladan a las redes sociales y a los balcones. No hay más remedio. Tendrán que compartir espacio con las macetas. La Nueva Normalidad anunciada está lejos de llegar y la reivindicación laboral está obligada a ejercerse con los pocos medios de los que permite la normalidad actual, sea esta la que sea. Y de paso, esta realidad ha provocado un cambio sustancial en el paisaje urbano de la ciudad, ya cansada de aplausos y de repetir en bucle el Resistiré.

Los balcones, en las primeras semanas del confinamiento, eran una canto alegre a la esperanza. Mensajes de ánimo, de unidad. Dibujos infantiles para sobrellevar la tristeza del encierro. Todo sumado al ritual de los aplausos y a los vecinos encargados de motivar a todo el vecindario: poco queda de aquellas flashmobs de ventana a ventana o de las quedadas para practicar yoga comunitario.

Las primeras grietas se detectaron en algunos carteles modestos. En ellos se precisaba que el aplauso de las ocho de la tarde se hacía extensivo a todos los servicios sociales, pero que se vetaba del mismo a las fuerzas de seguridad. Luego los mensajes se fueron complicando, siguiendo los vaivenes de la actualidad.

Autónomos: 0 ingresos = 0 gastos se lee con letras rojas en una de las pancartas detectadas en el centro de Zaragoza. Un lema concreto, pero que expone el sufrimiento de muchos ciudadanos. Más numerosas son las muestras de apoyo a los servicios sanitarios, merecedores de gran parte del cariño que se deja ver desde la calle. Por una sanidad pública, universal y de calidad, siempre, dice una de las coloridades telas. Viva la salud pública, afirma (más genérica) otra de ellas. La versión más elaborada de estos lemas es aquella que necesita exponerse en más de un balcón. Así, en uno de ellos se cuelga el La sanidad pública no se vende y en otro de ellos se completa con el corolario: Se defiende. Así el efecto cántico en manifestación está casi garantizado.

Se puede intuir fácilmente la ideología política de los propietarios de un balcón en el que se lee Para virus letal, la corona y el capital. Y lo mismo sucede en el lado contrario, pues la banderas de España se han completado con crespones negros y el lema SOS TEST. Por suerte, no todo es disputa y en las calles del barrio del Gancho se encuentra oasis de banderas y globos colgados entre los edificios. Con coloridos cartones y siluetas de flores se celebra una Feria de Abril que lamentablemente no se ha podido celebrar de forma presencial. No se debe olvidar que el taconeo de las sevillanas es perfectamente compatible con la ceremonia diaria del aplauso.

De forma paralela a estos mensajes críticos la ciudadanía se ha organizado para poder garantizar el ejercicio efectivo de sus derechos. Es una forma de trasladar el lema a la acción directa. Más allá de las redes vecinales, en las que se han intercambiado conocimientos y favores, la entidades sindicales y sociales se han agrupado alrededor de la plataforma Plan de choque en Aragón. Su objetivo es generar las bases nesesarias para una salida a la crisis del coronavirus «con una sociedad con futuro y más justa» de la anterior.

Entre geranios

Y como sucede siempre que se levanta la vista a los balcones, entre los geranios y las pancartas se cuelan mensajes de celebraciones y festividades pasadas. Aún es fácil encontrar adornos navideños o las banderas de España de cuando el debate autonomista era lo más importante para los medios. Y mucho más sobrios aún se exponen a los elementos los tapices que se colgaron para conmemorar la pasada Semana Santa en algunas de las calles por las que tendrían que haber procesionado las cofradías.