Los diez balnearios que hay abiertos actualmente en Aragón siguen trabajando con normalidad y se salvan de momento de la anulación del programa de turismo social del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), que está suspendido desde este miércoles. Entre el 75% y el 85% de la clientela de estos establecimientos depende de estos viajes subvencionados, pero de momento el termalismo ha quedado excluido de la cancelación decretada por el Gobierno central.

A pesar de ello, en el sector no ocultan que si esta excepción no se mantiene, los alojamientos podrían verse obligados a cerrar temporalmente --de dos a cuatro semanas-- dada la elevada dependencia que tienen de este tipo de viajeros “Algo sí está afectando el coronavirus, pero de momento no hay demasiadas cancelaciones de reservas”, aseguró el l presidente de la Asociación de Balnearios de Aragón, José Franch. “Hay gente que ante el miedo que se ha generado ha pospuesto el viaje, pero vamos trabajando con cierta normalidad”, agregó.

La cosa cambiaría si el Gobierno extiende la cancelación del Imserso a los viajes de turismo termal. En ese caso, apuntó, “habrá que tomar medidas”, entre las que se barajó un cierre temporal de instalaciones, ya que sin el Imserso “no nos podemos mantener en estas fechas”. “Hay que confiar en las autoridades sanitarias y en el Gobierno porque este es un problema global”, abundó. En Aragón hay diez balnearios en funcionamiento, seis en Zaragoza (Paracuellos del Jiloca, Sicilia, Serón, La Virgen, Alhama y Pallarés), dos en Huesca, (Panticosa y Vilas del Turbón) y otros dos en Teruel (Ariño y Manzanero). En esta última provincia cerró recientemente el establecimiento de lujo situado en la pequeña localidad de Segura de Baños (Cuencas Mineras) al entrar en suspensión de pagos la empresa que explotaba las termas.