La presidenta de las Cortes de Aragón, Violeta Barba, ha pedido a los parlamentarios, en el último Día de Aragón de la IX Legislatura, que huyan del ruido y de la descalificación, porque la crispación y evidenciar las diferencias hasta "extremos asfixiantes" en lugar de trabajar por conquistar la igualdad es lo que "más alas" da a los movimientos extremistas.

Barba, en su último discurso como presidenta de la Cámara Legislativa en un Día de Aragón, ha hecho una encendida defensa del Parlamento como escenario de diálogo en momentos de "máxima polarización", cuando son los acuerdos "los que hacen grande a la democracia".

Ha insistido en que cuanto más lejos estén los partidos de esos valores y del diálogo, "más alas" se dará a los movimientos extremistas, "que no buscan un Aragón más justo y solidario", que son movimientos que "se alimentan del miedo y de la falta de esperanza y que "caminan de la mano de las desigualdades".

Así, ha reclamado que los partidos huyan de debates "tan altisonantes como estériles" y se pongan a trabajar en aquello que sí beneficia directamente a la ciudadanía.

Conquistar la igualdad debe de ser la principal batalla y el primer objetivo y "tarea pendiente" de la política, ha dicho. "La igualdad ha de ser nuestra patria", ha enfatizado.

Porque esta arranca en la infancia, con uno de cada cuatro niños afectados, y continúa después, con la ruptura del llamado ascensor social, consecuencia directa de la precarización del empleo, en tanto en cuanto sólo el 60 por ciento de los empleos en la Comunidad son estables, según sus datos.

"Urge poner límites a empleos y condiciones de vida precarias e indignas" y para ello es necesario, según Barba, profundizar en la mejora del salario mínimo y la protección social, una política fiscal "justa y redistributiva", frente a los "discursos facilones", y una financiación acorde a las peculiaridades de Aragón.

Parte de su discurso lo ha dedicado a hacer una decidida defensa del feminismo, porque las mujeres sieguen siendo "víctimas de una sociedad y de una educación patriarcales", y mientras no consigan igualdad real y efectiva, seguirán alzando la voz, porque se avanza a un ritmo "tan desesperadamente lento" que sigue cobrándose vidas.

Ha mostrado su preocupación por los ataques que a su juicio está sufriendo el movimiento feminista en una "ola de odio y retroceso que quiere llevarse como un tsunami los avances conseguidos durante décadas" y que implican, por otra parte, un "gran cambio cultural".

Para la presidenta de las Cortes, la despoblación es un grave problema porque cuestiona la supervivencia a medio plazo de las zonas que la sufren.

La solución es dar la voz a las gentes de esos territorios, hacerles sujetos activos en la resolución de los problemas y, como algo imprescindible, "una política intencionadamente redistributiva que escape de los tradicionales centralismos y que vaya más allá de los retornos inmediatos".

En su despedida, Barba, con la voz entrecortada, ha lamentado los errores que haya podido cometer y ha agradecido el respeto y el afecto que ha sentido, al tiempo que ha asegurado que se irá "con la satisfacción" de haber puesto todas sus "ganas", su "ilusión" y su "capacidad de trabajo" para modernizar las Cortes.

Un Parlamento, que pese a ser el más plural de la historia, ha sacado adelante más de cincuenta leyes y más de 10.000 propuestas de control e impulso, legislando para "colectivos olvidados" y gracias a las "ventanas de participación" que ha abierto el nuevo Reglamento.

Y ha tenido un recuerdo "sincero y afectuoso" para el popular Antonio Torres, vicepresidente del Parlamento que murió el pasado enero, y para el exdiputado de CHA Chesús Bernal, quien falleció en marzo. Con unas palabras de este último ha concluido: "Cuiden y mimen el parlamento".