Fue hace 508 años cuando la reina doña Germana de Foix, segunda esposa de Fernando el Católico, otorgó el privilegio real a la localidad de Barbastro para celebrar la conocida como Feria de la Candelera. La recreación de estos hechos históricos ha sido precisamente la principal novedad este año en esta cita anual, que se celebra siempre el 2 de febrero.

La Feria de la Candelera llenó de puestos las calles de la capital de la comarca del Somontano. Los puntos de venta no se colocan solamente en un punto aislado de la localidad, si no que se extienden por todas las calles de la misma. La cita, aupada por las agradables temperaturas que se disfrutaron ayer en todo Aragón, atrajo así pues a numerosos visitantes. Tantos que ni siquiera se pudieron contabilizar.

«A las 18.00 horas todavía estaban todas las calles llenas de gente. Al ser festivo, este año ha venido muchísima gente. Hemos triplicado la asistencia de otros años», explicó el alcalde de Barbastro, Fernando Torres. En total, en la ciudad se reunieron más de 300 vendedores de todo tipo de productos: ropa, alimentación, artesanía... «Están todos los feriantes muy contentos», aclaró el primer edil. Además de los actos tradicionales que rodean a esta feria, como son la bendición de las candelas y las caretas y su reparto entre los pequeños de la localidad, este año desde el consistorio han querido potenciar el carácter histórico de esta jornada. Para ello han contado con el trabajo de Darío Español, que dirigió la representación teatralizada de la historia de la reina Germana de Foix.

HERENCIA

«Hemos querido hacer hincapié en el carácter histórico de la feria para educar a las nuevas generaciones sobre su pasado y el legado cultural de esta cita», contó Torres. Además de la recreación, en la jornada se pudieron ver peleas con espadas medievales y actividades similares que transportaron a los barbastrinos al siglo XVI. Para futuras ediciones, tienen previsto impartir talleres en los colegios del municipio previos a la fecha de la celebración de la feria para fomentar la participación en el evento de los vecinos más jóvenes.

Así pues, ayer en Barbastro se vivió una exitosa jornada en la que los restaurantes tuvieron que doblar turnos para poder atender a todos los que hasta allí se acercaron. «Hubo mucha gente en las calles disfrutando de nuestra comida y nuestros vinos. Estoy muy satisfecho», finalizó Torres.