El nuevo estadio que se levantará sobre la actual Romareda será multifuncional y acogerá tiendas, oficinas y zonas de ocio y de espectáculos. Estos usos terciarios está previsto inicialmente que se levanten en uno de los laterales del futuro complejo deportivo, cuya viabilidad económica estará así garantizada.

El entorno inmediato del campo también se transformará para dar mayor espacio al ciudadano. De hecho, el aparcamiento en superficie de la explanada de Eduardo Ibarra desaparecerá y en su lugar se construirá un gran párking subterráneo. De esta forma, no sólo cubrirá las necesidades de las nuevas instalaciones sino que podrá dar respuesta a las necesidades acuciantes que tienen los vecinos del sector.

La pretensión del equipo de Gobierno municipal es que el complejo del futuro estadio tenga un uso diario y no se levante exclusivamente para acoger los partidos del Real Zaragoza y los esporádicos conciertos que se programen.

La galería de tiendas y bares se puede complementar con algún edificio de uso hotelero. De esta forma, los términos de la operación podrá atraer a más de un grupo inmobiliario y a empresas especializadas en este tipo de operaciones urbanísticas. La contratista tendría que asumir los costes de construcción a cambio de gestionar y explotar el aparcamiento y las zonas comerciales por un determinado plazo de tiempo.