Ir al bar es una de las formas de ocio más tradicionales y comunes entre los españoles, sin embargo, esta costumbre presenta una tendencia a la baja. Cada vez se va en menor medida, lo que provocó que el pasado año se registrara una reducción de 2.000 bares en nuestro país, según un informe elaborado por Nielsen, una compañía global de medición y análisis de datos.

Al contrario ocurre con la llamada restauración organizada, un modelo de negocio al alza, con 640 nuevos establecimientos netos a escala nacional. El número de bares descendió hasta los 165.736, o lo que es lo mismo, un 1% menos, mientras que la nueva versión hostelera creció un 7%, hasta los 9.370 locales.

Según la compañía, los ciudadanos están pasando de ser parroquianos del bar de toda la vida a ser consumidores, siendo la comida el elemento diferencial, ya que se tiende a acudir a negocios con servicio completo y oferta de comida amplia.

«Aragón sigue los comportamientos que se muestran a nivel global. La hostelería está en transformación y en la comunidad el número de establecimientos total decrece (-0’6%). La mayor caída la sufren las cafeterías y los bares, mientras que la hostelería y los restaurantes siguen creciendo», explica Esther Rivera, responsable de hostelería de Nielsen. Añade que «la eclosión de la restauración organizada provoca un cambio de comportamiento. Este modelo, caracterizado por grandes cadenas de más de 12 establecimientos, pesa muy poco en Aragón, ya que del total, concentra solo un 2%». Entre ellas, McDonald’s, Telepizza, La Tagliatella y Domino’s Pizza, se asientan en los centros urbanos.

La variación es fruto también del hecho de que los españoles disfrutan más el día que la noche. «El 64% de las bebidas se consumen antes de la puesta de sol», según datos del laboratorio de tendencias digital de hostelería de Nielsen. Rivera hace referencia a que por el día se están multiplicando las ocasiones de consumo, «desde el aperitivo del fin de semana hasta la comida fuera, la sobremesa y el tardeo».

Además, se han dado cambios que afectan al consumo nocturno, como el carnet por puntos, el frecuente uso de aplicaciones para ligar, el envejecimiento de la población o el auge de los festivales, entre otras. La cifra que lo demuestra es el 4% de reducción de los establecimientos de ocio nocturno el año pasado, hasta los 16.500 locales. La compañía explica que este tipo de consumo lleva cuatro años consecutivos en descenso. En Aragón, las discotecas se mantienen estables, no se refleja un decrecimiento.

La Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia afirma que los ámbitos de consumo están cambiando y el modelo de negocio de bar tradicional se está transformando, pero no cree que el número de bares esté descendiendo. «Lo que decae es el concepto de bar tradicional, pero no solo el bar en sí, porque ahora todo son modalidades: ginbar, gastrobar, todos son bares pero con diferentes subapartados o denominaciones. El bar como un negocio regentado por un matrimonio en el que solo se servían bebidas no tiene un relevo generacional y tiende a la extinción. Se va sustituyendo por el nuevo concepto de negocio hostelero, más europeo, de establecimientos más transversales, con ambientes donde se generan diferentes experiencias a lo largo del día», comenta Luis Femia, gerente de la agrupación, formada por 1.000 establecimientos de la ciudad y provincia de Zaragoza.

Según Cafés y Bares Zaragoza, la crisis económica llegó más tarde al sector de la hostelería y fue muy dura, afectando al negocio de café y bar. Sin embargo, en la actualidad se dan cifras equilibradas entre la creación y la destrucción de negocios. «No estamos en un momento especialmente incipiente en creación de negocios, pero según los últimos datos publicados por el área de urbanismo del Ayuntamiento, lo que hay son muchos cambios de titularidad, lo que se llama traspaso. No se crean excesivos negocios, pero sí que la mayor parte de transacciones u operaciones son fruto de cambio de titularidad».

Se aprecia que la modificación de los ámbitos de consumo ha afectado en mayor medida a la hostelería nocturna, «es cierto que esos bares descienden en número, se aprecia un bajón, potenciado en parte por el fenómeno de competencia desleal como el botellón. El público de los años 90 tenía 20 años y ahora tienen 40 y familia, y aunque sigue disfrutando del ocio, es un gozo dirigido al día. También han surgido fenómenos como el tardeo o el clásico vermú». Estas tendencias en alza han provocado que numerosos establecimientos, que dedicaban exclusivamente su actividad a la noche, hayan modificado su oferta, adaptándose a los nuevos hábitos. También ha desencadenado que aumenten su plantilla, como es el caso del pub Jane Birkin, con 10 trabajadores más a raíz de su adecuación al tardeo. Aquellos dirigidos al ocio de día, han aumentado su volumen de público y ocupación.

Cierres de locales a ritmo de la despoblación

La concentración urbana y la progresiva despoblación en las zonas rurales de Aragón es otra de las razones que justifican al cambio de rumbo en el sector hostelero. La mayor parte de cierres de bares a nivel nacional se da en Castilla y León, Castilla La Mancha, la franja cantábrica y algunas zonas de Aragón. En cambio, la restauración organizada vive su mejor momento en las grandes ciudades, siendo Madrid y Barcelona donde tienen lugar el mayor número de aperturas.

En nuestra comunidad, según Nielsen, el cierre de establecimientos se muestra en su totalidad en bares y cafeterías.

Luis Femia, gerente de la Asociación de Empresarios de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia, asegura que «en los últimos veinte años hemos notado un descenso de afiliación y de presencia de establecimientos hosteleros en la provincia. Obviamente va ligado a la despoblación, es una realidad. Siguen existiendo reductos, de hecho el bar es un elemento de vertebración del territorio, especialmente en los pueblos, es el punto donde los vecinos se pueden juntar, porque si no hubiera un bar no tendrían ese elemento de unión. Hay muchas zonas rurales que han perdido población y han cerrado negocios».