Del ostracismo a convertirse en uno de los emplazamientos más codiciados por constructores y promotores. Desde el sector inmobiliario valoran positivamente la recuperación del Barrio del AVE, planificado en el 2002 para un entorno con usos residenciales y terciarios que abarcaban desde el entorno de la antigua estación del Portillo a la trasera del centro comercial Augusta. Durante años su propietario, la sociedad pública Zaragoza Alta Velocidad (ZAV), se topó con subastas desiertas o adjudicaciones judicializadas por el abandono de la empresa llamada a poner las primeras viviendas. Ahora el escenario es bien distinto.

La construcción de Torre Zaragoza (junto al centro cívico Delicias) supone un imán para un mercado que ha absorber en solo 10 meses dos de las parcelas a la venta, una para 168 pisos en el pasado verano y otra para 198 adjudicada el 10 de abril.

¿Qué ha cambiado? Los expertos aseguran que hay que diferenciar dos zonas distintas: El Portillo, «un emplazamiento de primer nivel» cerca del centro y adaptado a las mejores condiciones para el mercado (su valor le convierte en la joya más preciada de ZAV); y por otro, el resto de terrenos, incluidos «donde se está desarrollando la batalla actual, que es el entorno de la avenida Navarra y la estación de Delicias». «Se trata de una ubicación excelente con una peculiaridad que es la dimensión de sus parcelas», apostillan desde el sector.

«La facilidad en el pago ha supuesto una ventaja», explican para definir ese cambio de tendencia en el Barrio del AVE. Convierte a estos suelos en un objetivo más interesante «para crear pisos de gama media alta, un modelo que se estaba agotando en Zaragoza». Atraen a unas empresas que ahora miden más y mejor los riesgos que antes del estallido de la burbuja inmobiliaria. De hecho, si antes de la crisis en la ciudad se llegaban a pagar más de 7.000 euros por metro cuadrados, «ahora rondarán los 4.000 o 5.000 euros» allí, por encima, por ejemplo, de Arcosur, con unos 1.800 euros.

El renacer, 16 años después. se produce cuando las promociones nuevas «parecen dirigidas a coser la ciudad en sus entradas y salidas». Pasa con Arcosur, Parque Venecia y la avenida Cataluña, pero para el Barrio del AVE el «faro» lo marca Miralbueno. Su ritmo de construcción favorece la venta de ZAV, revaloriza su puesta en el mercado e impulsa una subasta «escalonada».

Su momento más dulce para vender, ya que sus suelos han recuperado un 75% de su valor, coincide por desgracia con su obligación de devolver 130 millones a los bancos. Porque los proyectos de inversión pendientes del convenio del AVE, como el túnel inacabado de la A-68 o la reforma de la avenida Navarra, que estaban llamados a financiarse con estas ventas, hace años que se descartaron.