La Base Militar de Zaragoza acogerá un radar especial para detectar las tormentas de granizo en Aragón. Este sistema, es pionero y único en España y la Unión Europea, empezará a funcionar en marzo, de cara a la campaña veraniega.

La moderna máquina se está ubicando ya sobre una torre de unos "treinta metros de altura", según explicó José Luis Sánchez, catedrático de Física de la Universidad de León, que lleva desde 1997 estudiando la climatología de la comunidad aragonesa. Para el mes de marzo estará "operativa", aseguró Sánchez, ya que él y su equipo, que tienen su base en Pla-Za, pretenden poder utilizar la instalación en su nuevo espacio para la campaña de verano, que empieza en mayo.

Ese año Sánchez y su equipo trabajarán en la "implementación de modelos de predicción, es decir, de modelos de trabajo que permitan detectar tormentas que lleven o no granizo", explicó. Este modelo facilitará a los físicos averiguar dónde caerá más granizo y en qué cantidad. "Además, dentro del rádar se instalará un dispositivo que detectará dónde el granizo ha hecho más daño potencialmente", añadió.

Sánchez aclaró que no es lo mismo que este fenómeno meteorológico caiga sobre suelo con abundante vegetación o cultivo que sobre suelo árido. En Argentina, donde se ha desarrollado el modelo de trabajo aragonés, está más avanzado el sistema de análisis de la dualidad suelo/daño causado por granizo, mientras que en Aragón se ha afinado más en la detección de tormentas.

Según este científico, la provincia de Teruel es la zona de Europa con mayor potencial de posibilidades de que caiga granizo, y con mayor fuerza. Este equipo ha calculado que el 70% de los días de junio y julio del año pasado el granizo afectó a algún punto de la geografía aragonesa.

"El 2006 fue clarísimamente el año con más días de granizo que, curiosamente, ha caído con mucha agua gracias a la lucha antigranizo en la que nosotros colaboramos", aseguró el catedrático leonés. "En general, el daño ha sido bajo porque han caído pocas piedras por metro cuadrado".

Hasta el año pasada, José Luis Sánchez estuvo trabajando en tres proyectos relacionados con el análisis del interior de las nubes, la creación de modelos para saber qué parte del cúmulo lleva el granizo y cuál no, y la evaluación de la energía con la que éste cae.