El incremento del control por parte del Ayuntamiento de Zaragoza para evitar que los vendedores del mercado ambulante de la Romareda dejen abandonado todo tipo de basuras en la vía pública tras la venta se ha dejado sentir entre los comerciantes. No obstante, el aspecto que presentaban ayer al mediodía las calles Hermanos Ibarra, Luis Bermejo y las adyacentes era similar al de cualquier otro miércoles o domingo (días en los que se celebra el mercadillo).

Bolsas de plástico, cajas de cartón, papeles y perchas de ropa cubrían el suelo del entorno del campo de fútbol de La Romareda. De hecho, en algunos puntos llegaron incluso a formarse pequeñas montañas de cajas de zapatos vacías que tuvo que retirar horas después el servicio público de limpieza.

El concejal delegado de Mercados, Laureano Garín, advirtió esta semana del endurecimiento de la vigilancia sobre los puestos ambulantes para evitar que arroje basura en medio de la calle. Al respecto, el presidente de la Asociación de Promoción Gitana y también propietario de un puesto en el rastro, Juan Antonio Hernández (Fortuna ), reconoció haber notado el incremento del control de la Policía Local y aseguró respetar la decisión municipal.

Sin embargo, también apuntó la necesidad de exigir que cuando los agentes penalicen lo hagan directamente a los vendedores en el mismo momento en el que se descubre una irregularidad. "Ahora inspeccionan donde se acumula la basura, ven la parcela, comprueban el número del comerciante que se coloca allí habitualmente y le multan a él. No se dan cuenta de que a veces ese vendedor no ha venido y su lugar lo han ocupado otros que no acuden habitualmente", explicó Fortuna .

En su opinión, son precisamente estas personas que carecen de ubicación fija los autores de las montañas de basura. "Los que llevamos mucho tiempo aquí venimos con escoba y hasta con fregona para dejar nuestro trozo de suelo en perfecto estado, pero la gente que sólo viene de vez en cuando no tiene ningún cuidado y es a ellos a quienes se debe vigilar de cerca", dijo.

MULTAS DE TRAFICO El malestar de los vecinos de Romareda y de quienes trabajan en la zona volvió a agudizarse ayer con la celebración de un nuevo mercado. A los desperdicios que se acumulan en la vía pública después de cada venta, se suman las multas que la Policía Local firma a los vehículos que se encuentran mal estacionados.

Algunos afectados han denunciado sentirse discriminados con respecto a los vendedores ambulantes. "Los miércoles es imposible aparcar por la Romareda, todo el mundo deja el coche donde puede, pero la Policía Local no tiene ninguna consideración. De hecho, se dedica a sancionar a los vehículos privados cuando al lado estás viendo decenas de furgonetas de los comerciantes subidas a las aceras, ¿por qué eso sí que se consiente?", protestó Alfonso La Pieza, un ciudadano que acude diariamente al sector por motivos laborales.