"Soy partidario de la monarquía parlamentaria". Así zanjó ayer el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, el debate iniciado por sus socios, CHA e IU, en el pleno municipal sobre el derecho a un referendo tras la abdicación del Rey. Ambos presentaron una moción con el objeto de que el consistorio instara al Gobierno central a convocar una consulta ciudadana. Ninguna salió adelante por los votos en contra de PSOE y PP.

El regidor se confesó monárquico porque "ha sido el mejor periodo de la historia de España" e hizo mención a los años republicanos que calificó de "trágicos". Belloch admitió que apoyaba el proceso generacional abierto, ya no solo como representante de su grupo, que defiende la esencia del pacto constitucional, dijo, sino "por absoluta convicción de que es lo mejor".

El alcalde contestaba así a las acusaciones del portavoz de CHA, Juan Martín, que cuestionó que un partido laico y demócrata como el PSOE no permita votar la forma de Estado. Martín precisó que el debate no solo habla de monarquía o república, sino "de libertad y democracia" y preguntó en reiteradas ocasiones "¿por qué no tenemos el derecho a votar?". Algo que para él deja en evidencia el "despotismo ilustrado del todo para el pueblo pero sin el pueblo". "La república no es de izquierdas ni de derechas, es un modelo de Estado", recalcó.

Para el representante de IU, José Manuel Alonso, "se está ante una jornada histórica" en la que es "necesaria regeneración del país y no se puede hacer con una institución medieval". Criticó que la monarquía es "una institución arcaica que ha creado problemas desde su origen", siendo, dijo, "una decisión dictatorial que Juan Carlos aceptó".

Unas ideas que chocaban con las de los populares. Su portavoz, Eloy Suárez, preguntó para qué hacer la reforma, "¿para pegarnos unos con otros?", y añadió que "con la crispación que hay en la calle alguien tiene que poner sensatez". El popular cuestionó las intenciones de un posible presidente de la república por tener una visión "cortoplacista" que puede mermar la visión futurista que un rey sí tiene.