El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, rechazó ayer categóricamente recuperar la operación Romareda para obtener fondos con los que cubrir el déficit municipal. Belloch tildó de "dislate" recurrir a la venta de patrimonio público o a la deuda para afrontar el desorbitado gasto corriente de la Casa Consistorial. A su juicio, estas fórmulas sólo pueden justificarse para grandes proyecto e inversiones, como la Expo.

El máximo responsable descartó así la propuesta realizada por el PAR, que instó a retomar el proyecto de traslado del estadio con el fin de poder levantar pisos y cubrir así el déficit y acometer inversiones. "No se trata de resolver el gasto corriente con venta de patrimonio o con deuda porque es un dislate que llevamos muchos años cometiendo y que yo no voy a aceptar", sentenció.

De hecho, la Junta de Gobierno Local debatirá hoy fórmulas para reducir el gasto corriente municipal, el principal objetivo que se ha impuesto el nuevo delegado de Economía y Hacienda, Alberto Lafuente.

EQUILIBRIO ECONOMICO Para Belloch, es básico equilibrar los ingresos y gastos municipales porque así, dijo, "no habrá ningún problema en los proyectos de inversión". Y reiteró: "Comprendo que el PAR quiera volver a su idea, pero, al margen de esto, pensar en serio que los problemas económicos del ayuntamiento se pueden resolver sobre la base de ir haciendo viviendas es un dislate".

Para el portavoz económico del PP, Ricardo Mur, el déficit del 2003 es reponsabilidad del PSOE-CHA, a cuyos miembros acusó de ser "incompetentes" por no haber sabido ejecutar unos ingresos por valor de 33 millones de euros --correspondientes casi en su totalidad a venta de suelo--. De esta forma, se habría cerrado el ejercicio con beneficios en vez de hacerlo con un agujero de 18 millones.

La visión del PSOE-CHA es muy distinta. Lafuente explicó el lunes que los 18 millones de números rojos reales coinciden prácticamente con los 17,8 millones de desfase teórico --la diferencia entre los ingresos y gastos del año-- de la liquidación. Para el catedrático, no hay dudas: el dinero que llega a través de los impuestos o las aportaciones del Estado crece a mucho menor ritmo que los gastos.

Las explicaciones oficiales no son válidas para Mur, que achaca los males al PSOE-CHA por no gestionar bien el presupuesto del 2003. Señaló que tampoco entendía que rechazaran las enajenaciones en su día y ahora recurran a la misma fórmula para cuadrar su primer presupuesto, el del 2004: "Basan un importante incremento de ingresos en la mayor venta de suelo que nunca ha planteado el ayuntamiento".