La comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza "abandonó" una investigación hace dos años contra el atracador que asesinó a dos agentes de Tráfico en Castejón (Navarra) el pasado 9 de junio cuando se vio en la necesidad de ampliar el campo de acción a otras provincias. Al delincuente, uno de los criminales más buscados del país, se le atribuyen 22 asaltos a bancos y otra muerte de un policía en Vall de Uxó (Castellón). Tras las trágicas muertes, la Unidad Central Operativa de Madrid y unidades de Navarra se encargan de las pesquisas, al margen de Zaragoza.

Fuentes de la Benemérita explicaron a este periódico que la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la capital aragonesa comenzó a investigar al sospechoso en octubre de 1999, tras un atraco cometido en una sucursal de Ibercaja de Cariñena. Una vez en el lugar de los hechos, los efectivos comprobaron que el ladrón había actuado poco antes en otra sede de la misma entidad ubicada en Calamocha, donde había utilizado un Suzuki Vitara de color blanco. En 1998 ya había operado en Binéfar (Huesca) y Teruel capital.

Fue entonces cuando la UOPJ se puso en contacto directo con la Dirección General de la Benemérita. El objetivo era obtener un listado con todos los atracos que había cometido el sospechoso en España y, tras numerosos contactos, pudieron constatar que había llevado a cabo hasta quince acciones en comunidades como Galicia, Navarra o Castilla La Mancha, entre otras.

Inicialmente se siguieron dos líneas de investigación. Por un lado, la de un individuo que había realizado una transferencia bancaria en Cariñena y, por otra parte, la de un conocido delincuente al que se descartó tras comprobar que estaba preso cuando se ejecutó uno de los atracos. Entonces se solicitaron los movimientos bancarios del primer sospechoso al Juzgado de Instrucción de Daroca pero, "al ver que el asunto era especialmente complejo", se enviaron notas informativas a la Dirección General y a las comandancias limítrofes. Poco después y en un intento por dar con el vehículo del atracador, el grupo de Patrimonio de la UOPJ pidió una relación de todos los Suzuki Vitara de Zaragoza.

Pasaron muchos meses hasta que se le atribuyó un nuevo golpe. Fue en Vall de Uxó, en el 2002, donde al parecer mató a un policía local y se llevó su pistola. Tiempo después volvió a Aragón y atracó una sucursal de Ibercaja en Zuera con otro Suzuki que tenía una banda azulada.

El conflicto se produjo tras comprobarse que ninguno de los coches de Zaragoza pertenecía al delincuente y "forzosamente había que continuar las pesquisas fuera de la provincia, como ya se ha hecho otras veces en Tarragona, Navarra o Murcia". Las fuentes consultadas apuntaron que el grupo de Patrimonio pidió permiso al capitán de la unidad para ampliar su labor: "El capitán subió a Jefatura para solicitar la autorización. Y después dijo a los agentes que olvidaran la investigación. Nadie explicó el porqué. Sólo pudo ser por falta de medios".

Los efectivos mostraron su "gran malestar" porque "se frenó la posibilidad de cercar al delincuente", quien tiempo después asesinaría a tiros a dos guardias civiles. Ahora creen que las muertes "tal vez se habrían podido evitar si la investigación hubiese seguido su curso".