La Guardia Civil detuvo a dos hombres, un padre y su hijo, en Caspe por tráfico de drogas. A ambos se les incautaron 50 plantas de marihuana que cultivaban en un terreno próximo a su vivienda ocultas entre un cultivo destinado al pasto.

El hallazgo se produjo cuando el pasado martes agentes de seguridad ciudadana y del Seprona de Caspe, que se encontraban prestando servicio de prevención de tráfico y consumo de drogas por dicha localidad zaragozana, apreciaron un fuerte olor a marihuana cuando recorrían la zona de Percuñar.

Ante ello decidieron entrar a un terreno próximo a un camino de paso. A unos 25 metros de una vivienda hallaron un total de cincuenta plantas, de unos dos metros de altura, que sobresalían sobre un cultivo de pasto, agregaron las mismas fuentes.

Asimismo, en la parcela también se localizaron varios cubos llenos de agua y envases o planteros utilizados para el trasplante de dichas plantas, mientras que en la parte lateral de la citada vivienda se encontraron varios cubos y envases idénticos a los hallados en el terreno.

Una vez inspeccionado el lugar los agentes procedieron a la aprehensión de la plantación que, tras su pesaje ya en dependencias oficiales, arrojó un peso de 19 kilos y 70 gramos.

PROLIFERACIÓN

Tras las gestiones realizadas, durante la tarde del martes y la mañana de anteayer, la Guardia Civil localizó al propietario de la parcela y vivienda donde fue hallada la plantación, y al hijo de este, que fueron detenidos como presuntos autores de un delito contra la salud pública por cultivo o elaboración de droga. Ambos pasaron ante el juez.

Este desmantelamiento de cultivo se suma a otros seis que el Instituto Armado lleva realizados este verano en la comarca del Bajo Aragón. La última se produjo hace dos semanas en Alcañiz, donde se detuvo a una persona y se requisaron 60 plantas de marihuana.

A estos municipios se unen otros como Más de las Matas, Castellote o Valderrobres, donde se han aprehendido unas 800 plantas.

Todos estos lugares tienen la misma característica: se encuentran en zonas despobladas y ocultas a la vista, ya que utilizan campos como los de maíz para ello. Esta situación está llevando a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a intensificar la vigilancia para acabar con este aumento de casos.

Los arrestados en todas estas operaciones tienen edades que van entre los 32 y los 45 años. En total, ocho personas han sido detenidas.

La proliferación de esta droga está provocando la alarma en la zona, por lo que los alcaldes de las mismas han pedido calma y responsabilidad. En muchos casos, los arrestados no eran vecinos de estos municipios, pero en otros sí. Algo que para muchos de ellos responden al paro que genera esta crisis económica.

Además, el cultivo normal de esta planta requiere poca inversión y la venta de las semillas es legal. No obstante, sigue arraigada la leyenda que un pequeño cultivo no es delito.

El número de compradores también ha aumentado porque es una alternativa barata a otras sustancias estupefacientes como la cocaína que tiene un precio de 60 euros el gramo en el mercado ilegal.