La biovigilancia en los procesos de donación y trasplante de órganos, tejidos y células protagoniza de forma monográfica la XVII Reunión Nacional de Invierno de Coordinadores de Trasplantes que se celebra hoy y mañana en Zaragoza con el fin de poner en común las experiencias encaminadas a minimizar los riesgos.

Así lo ha explicado en declaraciones a los medios antes de inaugurarse este certamen el coordinador de trasplantes de Aragón, José Ignacio Sánchez Miret, quien ha señalado que desde que se trabaja en la biovigilancia de los trasplantes, desde el año 2008, se han producido únicamente tres o cuatro casos de transmisión de enfermedades del donante al receptor.

Ha explicado que la biovigilancia es el conjunto de acciones que tiene que poner en marcha los profesionales que están en el entorno de la donación y el trasplante para minimizar los riesgos que puede suponer la transmisión de algún tipo de enfermedad del donante al receptor.

Para ello, se analizan las condiciones de la persona que dona órganos o tejidos, haciendo analíticas o pruebas complementarias para tratar de evitar las enfermedades transmisibles que podrían suponer un grave percance en el receptor y sabiendo que no hay ningún procedimiento con riesgo cero, ha dicho.

El objetivo es lograr que no haya riesgos o que sean los menores, al tiempo que se trata de alcanzar "el máximo beneficio tratando de trasplantar el mayor número de órganos y tejidos".

La normativa nacional existente sobre esta materia está reforzada por una directiva europea en la que existe un compromiso por parte de todos los países que está protocolizado, de forma que existe un sistema de alarma de biovigilancia a varios niveles.

Lo primero es notificar, desde el centro sanitario, la situación anormal que ha sucedido, analizar después a qué se debe la complicación y posteriormente poner las medidas correctoras para que no vuelva a suceder.

En la reunión monográfica de hoy y mañana en Zaragoza, los 47 asistentes pondrán sobre la mesa su experiencia para ver si se cumplen las normativas española y europea, analizar las acciones que dan mejores resultados en cuanto a la prevención de complicaciones y familiarizarse con un sistema de información al resto de personas que se han podido ver afectadas, ha explicado Sánchez Miret.

Ha destacado que cuando una persona dona órganos y tejidos los receptores pueden ser varios, por lo que es importante que se detecte este fenómenos y se notifique para que se resuelva el problema.

Sánchez Miret ha apuntado que la normativa europea obliga también a notificar este tipo de incidencias cuando los tejidos puedan llegar del extranjero y a poner en común procedimientos para detectar este tipo de complicaciones, para lo que se trabaja en todos los centros con el mismo formulario.

Todo ello con el objetivo de garantizar y mejorar la calidad del paciente, ya que la medida no tiene finalidad "coercitiva ni punitiva", ha resaltado.

En la inauguración del certamen han participado también el consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, y Gregorio Garrido Cantarero, de la Organización Nacional de Trasplantes.