Sesión de malas noticias en los mercados, que se han dejado sentir en el ánimo de los inversores. De nada ha servido que ocho de cada diez empresas estadounidenses que han presentado ya los resultados del primer trimestre estén batiendo las previsiones ni que Wall Street se siga moviendo en máximos. La bolsa española se ha visto principalmente lastrada por los bancos, que han sufrido el golpe de unas declaraciones de Benoit Coeuré, alto cargo del BCE que ha enfriado las expectativas de que el organismo cobre menos a las entidades por guardarles el dinero. Tampoco han ayudado los malos datos de confianza inversora en Alemania y de confianza manufacturera en Francia. Además, las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China no terminan de culminar y al Reino Unido se le ha abierto un nuevo frente con el anuncio del Gobierno escocés de que quieren un nuevo referéndum de independencia.