La bolsa de los extintos almacenes Galerías Primero ha vuelto a ser la protagonista de la segunda sesión del juicio por el asesinato del cocinero Luis Bernal en su casa del zaragozano barrio de La Magdalena, en el 2009. Si gracias a la huella dactilar encontrada en dicho objeto el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón pudo resolver el caso ocho años después con la detención de los cuatro sospechosos, este miércoles por la mañana los forenses han resaltado que fue empleada para golpear a la víctima. En su interior había unas tijeras de cortar chapa.

Los especialistas del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), Salvador Baena y María Aránzazu Ortuvia, han señalado que la víctima sufrió un fuerte golpe en la cara con dicho objeto que le fracturó la mandíbula en dos partes. Ya noqueado, le ataron de pies y manos a la cama. La muerte fue por asfixia, han revelado los forenses, quienes han destacado que pudo ser con la prenda que le pusieron sobre el cuello.

Una revelación que pone contra las cuerdas a uno de los procesados, Brahim Nasri, ya que la Comisaría General de Policía Científica encontró una impregnación de su dedo pulgar en esa bolsa gracias a los avances de la tecnología. Ayer aseguró que él no participó en el crimen y posterior robo de dinero, joyas y droga a la víctima, que lo hizo un compatriota suyo argelino que está en paradero desconocido. Explicó que esa bolsa se la dio con la comida que su madre le había preparado.

Bolsa empleada en el crimen.

Los forenses han llegado a la conclusión de que se empleó esa bolsa, tras analizar las heridas en la piel que presentaba la víctima. Han considerado que si los sospechosos le hubieran agredido con las tijeras de forma directa el tejido epitelial se hubiera quebrado.

Por otro lado, han afirmado que la víctima estaba muy influenciado por el consumo de bebidas etílicas en el momento de la agresión, ya que le encontraron 1,6 miligramos de alcohol por litro de sangre.

Junto a Brahim Nasri se sientan en el banquillo de los acusados Vasile Carp, Mihai Simion y Alexandra Corina. Los dos primeros fueron señalados por la mujer, quien afirmó que Carp la explotaba sexualmente y que siempre le pedía información de sus clientes. Afrontan penas de entre 29 y 14 años que solicitan la fiscala Ana Cavero y Soraya Laborda en nombre de la familia del fallecido.

Las defensas, ejercidas por los abogados Olga Oseira, Carmen Sánchez Herrero, Juan Carlos Macarrón y Saúl Rubio, mantienen que no hay pruebas directas de incriminación y solicitan la libre absolución. El juicio continuará el jueves.