Mejor no dar por muerto al vicepresidente del PAR, Alfredo Boné. Menos aún con un proceso de renovación de por medio. Ayer reunió en la sede zaragozana del partido a más de 150 personas en la presentación del llamado proyectoaragonES. Una demostración de fortaleza que le valió para decir que no renuncia a impulsar una candidatura en el próximo congreso, que debería ser "cuanto antes". "Me gustaría que hubiese sido ya", dijo.

Boné evitó hablar de personalismos. Insistió, como ha hecho siempre por otra parte, en que toca centrarse en las ideas y en los equipos. Y en este contexto anunció que no renuncia a impulsar una candidatura. "No voy a estar de brazos cruzados", anunció. Con un matiz: dijo no tener "pretensiones personales". Una forma de evidenciar que él y los suyos están ahí, que tienen potencial para jugar la partida de la sucesión. Seguramente no para ganar, pero sí para decantar la balanza. Arturo Aliaga y Javier Allué, los dos únicos precandidatos, tendrán que sentarse a negociar con su sector si aspiran al consenso.

Les mandó un mensaje a ambos. "Es un error hablar de personas ahora. Primero son los ideas", dijo. Y mandó un mensaje a Aliaga, secretario general del PAR, con cuya labor al frente del partido fue crítico en la última ejecutiva celebrada: "No es normal que se postule quien controla el aparato". Aunque dejó claro que tampoco el anuncio de Allué, hace unas semanas, le ha gustado. El vicepresidente aragonesista intentó, a preguntas de los periodistas, aclarar las desavenencias con Aliaga. Insistió en que no fue muy duro con él, sino que reclamó que "quien tenga la responsabilidad que la cumpla".

RIFIRRAFES

Este reproche que Boné lanzó a Aliaga en la última ejecutiva venía a cuento del encargo que el secretario general tenía para impulsar la candidatura al Ayuntamiento de Zaragoza para el PAR. Apenas ha habido avances al respecto. Entiende el sector del vicepresidente que el secretario está más centrado en su propia carrera hacia la presidencia del partido que en cumplir con sus obligaciones dentro del aparato. Algo que molesta especialmente, en un momento como este, a un año de las elecciones y con unas encuestas calamitosas para la capital.

Boné no se mordió ayer la lengua en nada, consciente de que era el momento de mostrarse firme y contundente. No suele hablar en público del partido. Y menos aún de la renovación. Pero la presentación del proyecto ideológico de su sector era una buena excusa para hacerlo. Quedó claro que no piensa retirarse. No seguirá los pasos del presidente, José Ángel Biel, que hace unos días invitaba a alguno de los suyos a dejar paso a los jóvenes. "Yo no me siento aludido. Si tomo como referencia su edad, a mí aún me quedan 10 años por delante", ironizó. "Me lo tomo a broma, quizás esto tenga que ser como cuando un rey dejaba su puesto, que toda la corte se iba con él. Está claro que la renovación no viene solo por presidente, pero dentro de 10 años ya me lo pensaré", dijo.

Una muestra más de que Alfredo Boné sigue ahí. Ayer se vio en la sede del PAR a mucha gente joven; a algún histórico y sus incondicionales: Marina Sevilla o Luis Marruedo. El vicepresidente dio algunas pinceladas de proyecto que ha logrado perfilar gracias a las aportaciones de un buen número de personas, y que han llegado principalmente por las redes sociales e internet. Pretende un partido "abierto, descentralizado, participativo, cercano a la sociedad, que cumpla lo que dice y en el que los cargos orgánicos no puedan ostentar responsabilidades en las instituciones". La antítesis del PAR actual.

Boné quiere darle la vuelta al partido como a un calcetín. Está por ver hasta donde llegará el documento ideológico que ayer se presentó. De momento, tras cerrarlo con más participación ciudadana, se le remitirá al presidente, José Ángel Biel, que es quien tiene la última palabra. El devenir del PAR está en sus manos y el vicepresidente es perfectamente sabedor de esta realidad.