El ministro de Defensa, José Bono, hizo una reinvidicación de España durante su visita de ayer a las tropas destacadas en Mostar para celebrar la Navidad, una fecha que según consideró el propio ministro es proclive a que afloren los sentimientos de paz. Tras finalizar la comida en compañía de los militares, Bono se levantó de la mesa para señalar que España "representa la voluntad de vivir juntos", y de asegurar "la paz y la libertad en nuestro país".

Durante su intervención, el titular de Defensa aseguró que "a nadie se le puede obligar a querer a España a punta de pistola, pero, tampoco -apuntó-- se puede conseguir así que dejen de quererla los millones de personas que se identifican con lo que España ha representado y, sobre todo, lo que representa para el futuro". El ministro indicó que la España que a él le emociona no es la de los Reyes Católicos, sino --según sus palabras-- "la de nuestros nietos, nuestros hijos, la nuestra".

Bono señaló que hay que reivindicar España --palabra que repitió constantemente-- como una de las naciones más antiguas del mundo. "Algunos se permiten emocionarse --explicó-- con su patria chica, y nosotros lo comprendemos, pero quienes, además de patria chica, tenemos patria grande, como es España, nos gusta también sin molestar a nadie exhibirla".

En este ir y venir de elogios, el ministro tampoco escatimó palabras para la labor del español durante los últimos años en la antigua Yugoslavia y resaltó concretamente el trabajo que ha realizado la vigésimo tercera Agrupación Táctica Española, la SPAGT XXIII, que manda el coronel José María Grande Urquijo, en la república de Bosnia y Herzegovina desde finales de septiembre.

EL DIA DE NAVIDAD MAS LARGO El ministro José Bono, que llegó a la base área de Torrejón poco antes de las 8.30 con un considerable constipado, según corroboró él mismo, no dejó por ello de cumplir con el ajustado horario que se había previsto.

La expedición, compuesta por los jefes del Estado Mayor de la Defensa y del Ejército de Tierra, generales Félix Sanz y José Antonio García, respectivamente, junto a otras autoridades militares y políticas y numerosos periodistas, llegó a Dubrovnik a bordo de un Airbus sobre las 11.30. Poco después partió el Hércules T-10 hasta Mostar, donde Bono comunicó al coronel José María Grande Urquijo que nada más tomar tierra, había hablado por teléfono con el rey, y éste le había pedido que les trasladara "su afecto y solidaridad".

Después, revista de tropas y exposición de los trabajos y misiones realizados en Mostar por el contingente español, que está compuesto por medio millar efectivos entre los que se encuentran el Elemento de Apoyo Logístico Nacional (NSE XXV), formado principalmente con el personal del AALOG 41 de Zaragoza, que aporta unos 70 miembros. El resto de la agrupación la forman una compañía de Infantería de Marina, una unidad de helicópteros y una compañía de Infantería integrada por personal del Mando de Canarias.

Tras el discurso de Bono, misa de Navidad y comida. Posteriormente, el ministro y la expedición española dieron una vuelta rápida por Mostar para ver algunos lugares emblemáticos de la ciudad.