Llegará el caluroso verano, pero no será como años atrás debido a que las restricciones sanitarias propias de la pandemia y la crisis económica. El viajar va a ser un lujo en muchos hogares y eso está haciendo que muchas casas estén pensando en comprar una piscina para su uso particular en la casa de toda la vida en el pueblo. Así, aunque todos los años para estas fechas la actividad en el sector de la instalación, reparación y construcción de estas infraestructuras aumenta, está experimentando un crecimiento desde hace unas semanas a raíz de esta situación. «Ahora todo el mundo parece encontrarse interesado por el tema de las piscinas y queriendo ponerse una, ya sea del tipo que hacemos nosotros o hinchables», explica Ana Murillo, responsable de Piscinas Plaza.

Pero no es todo oro lo que reluce en este sector. El confinamiento también ha conllevado el retraso la preparación de estas instalaciones, que junto con el interés de quienes quieren construirse una nueva ha provocado un boom en este negocio.

«Nosotros cuando se decretó el estado de alarma tuvimos que paralizarlo todo y hemos vuelto hace bastante poco. Nos encontramos con que todo lo que no se ha podido hacer antes por esta situación se tiene que hacer ahora, pero eso es algo prácticamente inviable. La gente no está preparada para llevar esa carga de trabajo», expresa Juan Fernández, gerente de piscinas Alpuente.

Por su parte, Murillo añade: «Teníamos algunas cosas programadas ya de antes que se tenían que parar. Hay gente que se lo plantea con tiempo y otros que se acuerdan cuando toca, ahora es cuando llega la temporada fuerte en la que todos nos acordamos de las piscinas, cuando tenemos temperaturas de verano y apetece darse el chapuzón».

En este sentido, Fernández destacó cómo era el perfil actual de los compradores de piscinas. En palabras del gerente, se trataba de un comprador «con una cierta capacidad económica y un poder adquisitivo para hacer la compra». Por parte de Murillo, el perfil de los compradores se ha hecho bastante variado desde hace unos años, y el poder adquisitivo es algo que cada ve se valora menos a la hora de hacer la compra.

Ana Murillo enumeró algunos de los factores que, además del cese de actividad habían provocado un crecimiento entre el número de personas que está considerando instalarse una piscina de cara a este verano: «Es una cuestión muy sencilla que tiene que ver con la seguridad. Anteriormente la gente tenia un sitio donde iba de manera habitual, ya fuera una piscina pública o una instalación deportiva de la que era socio, y había un poco más de movilidad en ese sentido. También antes todos contábamos con irnos algunos días de vacaciones o usábamos la piscina que tenía algún amigo y a lo mejor no nos planteábamos tanto el instalarnos una propia en nuestra casa particular, pero ahora que hemos pasado por un confinamiento una piscina particular te da tranquilidad y seguridad», concluye.