La pensión La Ferroviaria de Zaragoza, ubicada en la calle Madre Sacramento y a tan solo 15 minutos de la plaza Paraíso, ha colgado ya el cartel de completo. No es para menos porque estos últimos días ha estado en boca de todos los ciudadanos gracias a sus respuestas a los comentarios que sus clientes dejaban en una página de reservas de un intermediario hotelero.

«La próxima vez invitamos a los de barrio sésamo o, mejor todavía, anunciamos por megafonía en el campo de la Romareda que te sientes solo y seguro que alguna peña zaragozista se anima a cantarte algo». Esta fue la contestación de Milagros Aguirre, dueña de la pensión, a uno de los usuarios cuando confesó que la soledad era uno de los puntos negativos del lugar.

La dueña del establecimiento señaló a EL PERIÓDICO que al «95% de los clientes les gusta que les contesten con claridad y sin rodeos. Yo contesto, o por lo menos lo intento, a todo el mundo, pero si hay alguien que comenta algo que no es verdad, no quiero que los demás se queden con esa versión».

Por ello, la dueña del establecimiento no se corta en decir que por 15 euros por persona «¿qué puedes esperar? Todas las razones por las que se quejan están explicadas en la página web y se puede exigir en función de lo que se paga y de las condiciones del espacio. Esto es una pensión, no un hotel».

Milagros tiene respuesta para todos ya sea a través de internet o cara a cara. «Hace poco, estaba yo sola en la recepción y bajó una de las huéspedes exigiendo jabón y le dije, de buenas maneras, que en ese momento no lo tenía disponible y que cuando viniera mi marido se lo facilitaría. La clienta me contestó que si ahora tenía que ducharse cuando lo decidiera yo y, no me quedé callada. Hay gente que se piensa que tiene derecho a todo y, al fin y al cabo, todos somos personas. Solo estamos mi marido y yo para ofrecer el servicio y esta es una pensión humilde, no un hotel de cinco estrellas», admitió Milagros.

Lo que no esperaba la dueña de este establecimiento es que sus contestaciones tuvieran tanta repercusión. «Todavía estoy digiriendo toda esta situación y, todo por decir la verdad», confesó. La pensión ha llenado todas sus habitaciones y, de hecho, muchos usuarios se instalan en ella por conocerla y ella, con la sinceridad que le caracteriza, contestó: «No sé qué decirte, en Zaragoza en verano hace mucho calor y en invierno, mucho frío y, visto lo visto, parece que tenga la culpa La Ferroviaria». Sin embargo, ella le tiene un «especial cariño» a Zaragoza, tras residir en esta ciudad casi 50 años.

Navarra de nacimiento, con seis años se trasladó a la capital aragonesa con sus padres. «Siempre se han dedicado a esto y yo he seguido sus pasos», afirmó. La Ferroviaria abrió sus puertas al público hace 34 años y lo regenta con su marido, Antonio. Situada en las proximidades de la antigua estación del Portillo, se trata de un edificio de tres plantas con 21 habitaciones, algunas con baño propio otras con baño comunitario.

Generalmente, los huéspedes que se alojan en La Ferroviaria suelen ser europeos, especialmente, franceses, finlandeses y alemanes. En septiembre, comienzan a llegar los alumnos erasmus. No obstante, hay españoles e incluso aragoneses que también optan por cobijarse en esta pensión. Estos últimos según Milagros, «son menos exigentes».