El cumplimiento del objetivo de déficit volvió a generar un rifirrafe entre el PP y el PSOE. Si el consejero de Hacienda y Administración Pública, Javier Campoy, defendió su política económica y aseguró que el Ejecutivo va a "dejarse la piel" para cumplir con este compromiso, siempre que sea compatible con los servicios sociales, la diputada socialista Ana Fernández, vaticinó como "poco probable" que se pueda alcanzar este objetivo, a tenor del informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal.

Fernández acusó a Campoy de que el grueso del plan, 148 millones, sean de partidas que no se van a ejecutar. El consejero, por su parte, pidió al PSOE que piense "más en los aragoneses" y no en su grupo político y recordó a la diputada que ellos también recurrieron a la inejecución en varios ejercicios a lo largo de los años que permanecieron en el Gobierno.

Las explicaciones de Campoy generaron el malestar de la bancada socialista, cuyo portavoz, Javier Sada, interrumpió en varias ocasiones la intervención del consejero en la tribuna. De hecho, tuvo que ser llamado al orden en más de una ocasión para que bajase el tono de sus intervenciones que, según él, eran para dirigirse a su grupo como portavoz.

SIN CONTESTAR La propia Fernández acusó al consejero de apoyarse en las interrupciones para no contestar a las preguntas y centrarse todo el tiempo en hablar del Gobierno anterior en lugar de desempeñar su papel de responsable de Hacienda de la comunidad, papel que, a su juicio, no sabe llevar porque "son incapaces de controlar las cuentas". La socialista aseguró también que Campoy ha tratado de "engañar" a la Cámara al asegurar que solo había que ajustar 93 millones de euros, cuando el Plan Económico Financiero incluye un recorte de 202, 148 de ellos de inejecución.