El coronavirus se ha metido hasta en las cocinas del hospital Miguel Servet de Zaragoza. El brote detectado asciende ya a 12 casos, cinco de ellos cocineros y siete pinches, según informaron fuentes sindicales y que luego confirmaron oficialmente desde el centro sanitario. Por el momento, todos los trabajadores infectados por covid-19 son de carácter leve o asintomático. Se trata del mayor foco conocido hasta el momento en una cocina hospitalaria en España, aunque se da ya por controlado. Desde Sanidad llamaron a la calma y recalcaron que no supone un mayor riesgo de contagio para los pacientes ingresados dadas las «estrictas» normas de seguridad alimentaria e higiene que se siguen siempre y que se han extremado a raíz de la pandemia.

El foco, que fue dado a conocer por este diario el pasado sábado, acumulaba hasta hace unos días cuatro casos positivos entre los cocineros y varias más entre los pinches, cuyo número no se especificaba, según la información facilitada por personal del servicio y de los sindicatos. El origen del brote se localiza fuera del centro hospitalario. Comenzó hace unas dos semanas cuando una cocinera dio positivo en la prueba diagnostica que se le efectuó pocos días después volver de vacaciones y tras tener conocimiento de que su pareja había contraído el virus. Seguidamente surgieron el resto de positivos, algunos de los cuales han podido deberse por contagio comunitario y porque varios de los afectados viven juntos, según apuntaron fuentes conocedoras de la situación.

«No somos una burbuja»

Fuentes sindicales y de la plantilla rechazaron que hayan fallado o se incumplieran los protocolos de seguridad. «Hemos mantenido la distancia y llevamos mascarillas pero siempre puede haber algún descuido y contagiarte por mala suerte o algo fortuito», apuntaron. «No somos burbujas. Tenemos vida fuera del trabajo y siempre», agregaron.

Desde la plantilla también pidieron que no se genere «alarmismo» entre los usuarios del hospital porque «el virus no se contagia por la comida, como todo el mundo sabe». A pesar de todo ello, en la plantilla cunda una lógica preocupación. «La gente tiene miedo por si se lo ha transmitido a su familia, pasa siempre en estos casos», lamentaron.

Hasta ahora se han hecho dos rondas de pruebas PCR a los trabajadores de cocinas. En la segunda de ellas, a 110 personas, que son los que estaban en los turnos de trabajo en los que se detectaron los casos positivos y no se encontraban ausentes por permisos o vacaciones en las dos últimas semanas aproximadamente, según precisaron fuentes oficiales de Salud. La plantilla total está integrada por entre 130 y 160 trabajadores.

Bajas cubiertas

Además de los 12 contagiados, hay otros tres trabajadores que están de cuarentena por razones de prevención, al considerarse contactos estrechos de los infectados, según el criterio establecido por el servicio de prevención de riesgos laborales del hospital. No obstante, dieron negativo.

El problema añadido que ha surgido es que al haberse producido durante el periodo vacacional y no haberse cubierto inicialmente todas las bajas laborales de los cocineros, el personal se vio mermado y «sobrepasado» por la carga de trabajo en los últimos días, lo que generó quejas y malestar en la plantilla. Esto se debe a que se agotó la bolsa de empleo el Servicio Aragonés de Salud para este tipo de puestos, en los que se exige una prueba práctica para demostrar que se tienen conocimientos de cocina y también un examen teórico si no se tiene una titulación profesional en la materia. Esto no ocurre con los pinches, cuyas bajas se cubren sin ninguna dificultad porque hay abundante mano de obra. Fuentes de la dirección de hospital dieron ayer por solucionada la carencia de cocineros y aseguraron que el servicio de cocina «está completamente cubierto». «Se sigue dando sin ningún problema y con la misma calidad de siempre», agregaron, al tiempo que destacaron el «comportamiento ejemplar que están teniendo los trabajadores en su labor diaria».

El servicio de cocinas del Miguel Servet da servicio a los pacientes ingresados, a los que ofrecen una media de 1.200 menús diarios, pero no a la cafetería del hospital, donde van usuarios y trabajadores y también se dan comidas. Estas no se preparan en los fogones del centro sanitario, sino que dependen de una empresa externa de catering. En Puerto Real (Cádiz), un grupo de 20 trabajadores de la cocina del hospital Clínico Universitario está en cuarentena tras dar positivo un cocinero.