Un brote de gastroenteritis aguda en un campamento juvenil de la provincia de Huesca ha afectado a 15 menores de los 93 presentes en esta colonia. Según informó ayer el boletín epidemiológico de Salud Pública, el cuadro fue «leve y autolimitado», ya que los síntomas fueron cediendo entre las 24 y 48 horas siguientes. Sin embargo, uno de los jóvenes sí requirió ingreso hospitalario debido a que su malestar agudo no remitía.

El organismo está investigando el agente causal de este brote y recogiendo pruebas. También se ha comunicado el incidente a las secciones de Sanidad Ambiental e Higiene Alimentaria.

Durante el periodo estival las intoxicaciones alimentarias se disparan y se debe mantener una extrema precaución en la conservación y manipulación de los alimentos, así como tener cuidado con el consumo de alimentos como huevos, natas, salsas o mayonesas. De hecho, el caso de los jóvenes del campamento de Huesca no ha sido el único registrado en la última semana en Aragón, ya que también se detectó un brote de toxiinfección alimentaria en una residencia de ancianos de la provincia de Zaragoza, con 12 casos de entre 60 residentes.

Los pacientes, según Salud Pública, presentaron vómitos y diarreas de corta duración, pero ninguno requirió ingreso hospitalario. Al parecer, las 12 personas afectadas consumieron comida triturada, aunque se está pendiente del resultado de los coprocultivos recogidos a los enfermos, así como de las muestras de alimentos recogidas durante la inspección de la Sección de Higiene Alimentaria.

LA MAYONESA

Una intoxicación alimentaria se produce por un alimento contaminado, mal conservado o elaborado con demasiada anticipación a su consumo. En lo que va de año, en Aragón se han registrado un total de 278 afecciones de esta tipología.

En los hogares, las carnes picadas se deben conservar siempre refrigeradas y el menor tiempo posible, cocinándolas evitando que queden crudas o poco hechas. Respecto a las verduras y hortalizas que se consumen crudas, Salud Pública recomienda que se desinfecten con agua y unas cinco gotas de lejía (unos minutos), así como lavarlas antes y después con abundante agua.

La mayonesa casera, considerada el agente causal principal de intoxicaciones alimentarias, debe hacerse con huevos frescos y limpios. También debe llevar algo de vinagre o limón y consumirse «lo antes posible». Su conservación debe ser en el frigorífico y los restos se deben tirar.

En cuanto a la mayonesa industrial, su proceso de elaboración garantiza su utilización, pero cualquier envase abierto debe estar siempre refrigerado, ya que con las altas temperaturas se convierte en un peligro. Lo más conveniente es, si no se va a utilizar, desechar el bote de mayonesa.

Por otro lado, Salud Pública también notificó ayer un caso sospechoso de botulismo (infección de origen aviar) en un hombre que consumió conservas caseras. Se han enviado muestras del caso al Centro Nacional de Microbiología, en Madrid. También se apuntó un brote de tosferina en una escuela de educación infantil de Zaragoza con cinco casos, dos de ellos confirmados por cultivo. Se han dado recomendaciones para controlar la afección.