Un brote de coronavirus en un centro de educadores sociales de la calle San Pablo, en Zaragoza, ha obligado al cierre de la instalación, propiedad de la Fundación Federico Ozanam, y a la puesta en marcha del protocolo de actuación por parte de Salud Pública. Según ha podido saber este diario, los casos confirmados hasta el momento son dos empleados de este centro de recursos que funciona como oficina y punto de reunión de los educadores. Estos desempeñan su labor con jóvenes que se encuentran en riesgo de exclusión social, por lo que desde Sanidad ya se está investigando y rastreando a los contactos que han tenido relación con los positivos notificados.

Los afectados, que se encuentran aislados y con una sintomatología leve, empezaron a encontrarse mal en los últimos días y la dirección del centro, que fue cerrado el miércoles por la tarde, enseguida se puso en contacto con Salud Pública para abordar la situación. «Ellos toman las decisiones y se van a hacer pruebas a todas aquellas personas que han tenido relación. De momento se está en esa fase de investigación», confirmaron desde la gerencia de Federico Ozanam.

Pendientes de más PCR / La situación, dado que todavía están pendientes de realizarse varias PCR, hace imposible saber cuántos son los contagiados, aunque fuentes del Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales aseguraron que «todo está bajo control», dijeron. «Se han tomado las medidas higiénico-sanitarias que se toman en cualquier centro de trabajo cuando se produce algo así y se está haciendo la búsqueda de contactos que, dado el perfil de los jóvenes con los que trabajan, puede costar un poco más por sus circunstancias, pero todo está controlado», insistieron. Por tanto, todavía no hay una cifra aproximada de a cuántas personas se les harán las pruebas fruto de este brote que, según Sanidad, conlleva un proceso «similar» a cualquiera de los ya detectados sean en empresas o núcleos familiares.

Por el momento tampoco se conoce el origen de los contagios ni cómo pudieron contraer el coronavirus estos educadores que, en todo caso, «son gente joven» y eso ayudaría a la evolución de su cuadro sintomatológico. «Gozan de buen salud y esperamos que los resultados de las pruebas que se hagan fruto del seguimiento de Salud Pública sean favorables y la situación esté pronto controlada», señalaron desde la fundación.

El centro de recursos u oficina en la que desempeñan su labor estos educadores se encuentra situado en la misma calle en la que hay varios locales dedicados a talleres y actividades con jóvenes en situación vulnerable. El perfil de los afectados, en un principio, es el de personas jóvenes con síntomas leves, la misma circunstancia que se ha venido produciendo en las últimas semanas tras los brotes en cuatro comarcas de Aragón. En este caso, además, muchos de los positivos confirmados han sido asintomáticos y el impacto hospitalario ha sido inexistente.