Con motivo del Día de las Víctimas de la Deportación, la consejera de Servicios Sociales del Gobierno de Aragón, Mariví Broto, participó ayer en el campo de concentración de Gurs (en Francia) en un homenaje a las personas que sufrieron la barbarie de la segunda guerra mundial. En ese recinto, hasta 5.000 aragoneses fueron encarcelados o asesinados. «El presente solo se puede construir si recordamos el pasado», explicó la consejera, que defendió la puesta en marcha de una nueva ley de memoria histórica.