El grupo BSH aspira a convertirse en el fabricante líder en servicios digitales para la cocina conectada. Este es el reto de futuro de una compañía con un presente floreciente, según se desprende del informe anual del 2018 publicado ayer por la filial en España, cuya sede central y buena parte de su actividad están en Zaragoza. Prueba de ello es la posición de liderazgo que un año más mantiene la empresa en el mercado nacional de grandes electrodomésticos, con una cuota de mercado del 36,9% (38,5% en el 2017), gracias a marcas como de referencia como Bosch, Siemens o la aragonesa Balay.

La filial española del grupo alemán, que es propiedad del gigante industrial Bosch, contaba al cierre del pasado ejercicio con una plantilla de 4.091 trabajadores, un 7,6% menos respecto al año anterior. Zaragoza concentra la mayor parte de este empleo, con un total de 2.788 personas, una cifra que es un 8,3% inferior a la que tenía al finalizar el 2017 (3.041 personas). Esta caída se debe, según la empresa, a que la mano de obra de los centros industriales varía en función de los picos de demanda de los productos.

El grupo disponía el pasado año de siete fábricas en España, pero la de Vitoria (de planchas), fue vendida a B&B Trends, operación que se culminó el pasado mes de enero. En la capital aragonesa cuenta con dos centros productivos, siendo la de Montañana la de mayor dimensión, con 1.383 trabajadores al cierre del 2017. A mediados de abril dejó de fabricar lavavajillas en la planta de Montañana para centrarse en productos de cocción (inducción y hornos). La otra factoría se sitúa en el barrio de La Cartuja y emplea a 301 personas.

Por otra parte, BSH afianzó su apuesta por la innovación, un área a la que dedica el 5% de la facturación. En el 2018 fue además la primera empresa en solicitantes de patentes con 91 primeras peticiones (diez más que año anterior), una posición en la que lleva 15 años consecutivos. La compañía repite además como la tercera con mejor reputación del país.