Búbal, en el valle de Tena, quedó totalmente abandonado en los años 70, cuando sus tierras, a orillas del Gállego, fueron inundadas tras la construcción de una presa. Sin embargo, desde los años 80, el pueblo, que llegó a estar en ruinas, ha sido objeto de una esmerada recuperación y se utiliza habitualmente en programas didácticos para que los estudiantes entren en contacto con la naturaleza y la vida rural.

Ahora, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte acaba de convocar las ayudas del presente año lectivo para participar en el programa de recuperación y utilización educativa de pueblos abandonados.

Podrán participar alumnos de centros docentes españoles que cursen tercero o cuarto de Enseñanza Secundaria Obligatoria y Formación Profesional Básica, Ciclos de Grado Medio de Formación Profesional y Enseñanzas Artísticas y Bachillerato.

El Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados es un proyecto educativo complementario a la enseñanza en las aulas que pretende un acercamiento a la vida rural de jóvenes que, en su mayoría, viven en espacios urbanos, y a los que se les brinda la posibilidad de comprender la necesidad de un cambio en las actitudes para asegurar el equilibrio futuro del hombre en su entorno.

Las actividades que se llevan a cabo están vinculadas con el medio ambiente, la salud, la animación y convivencia, y la recuperación cultural y física.

Se incide de forma especial en la educación ambiental y el reconocimiento del destacado papel que desempeña la naturaleza en la vida de las personas y en el desarrollo de la sociedad, así como la necesidad de adoptar decisiones y de actuar para evitar su deterioro. Además de Búbal, participan en la experiencia los términos de Umbralejo (Guadalajara) y Granadilla (Cáceres).