Una jornada soleada y la buena afluencia de público propiciaron que la recreación histórica del Juramento de los Compromisarios se desarrollara ayer de la mejor manera posible. Este evento hizo retroceder en el tiempo a la localidad zaragozana hasta el el 17 de abril del año 1412, cuando las calles caspolinas fueron testigo de la elección de Fernando de Trastámara como rey de Aragón.

El alcalde de Caspe, Jesús Senante, detalló que el sol y la ausencia de viento fueron dos aspectos que ayudaron a que la jornada se desarrollara de la mejor manera posible. Para disfrutar de ella, cerca de 500 personas asistieron a a una programación muy completa que les permitió ser testigos de un hecho histórico que tuvo lugar hace ya más de 600 años.

Mientras el Espacio Político acogía el acuartelamiento militar de los capitanes, el primer acto del día, a las diez de la mañana, se centró en dar a conocer el vestuario de la nobleza de la época con un taller recreacionista que se celebró en el Espacio Político. Gracias a esta actividad, gente de todas las edades pudieron ver en vivo las modas, prendas y estilos de la clase alta del siglo XV.

CIEN FIGURANTES

A ella le siguió, una hora y media después, el primer acto fuerte del día: la toma de posesión de la colegiata y el castillo de Caspe por parte del obispo de Huesca, y también compromisario, Domingo Ram. La colegiata de Santa María la Mayor fue el lugar en el que se desarrolló esta representación que abría el programa, en el que cerca de un centenar de figurantes se convirtieron en habitantes medievales.

La Historia iba conquistando poco a poco el terreno, una situación a la que se sumó la presentación de los pretendientes al trono aragonés, a las 12.15 horas. La actividad, que se celebraba por primera vez, mostró al público los argumentos de cada uno de ellos para hacerse con el liderazgo de Aragón, como también, aspecto, su carácter y su línea sucesoria. Un cuarto de hora después, a las doce y media del mediodía, otro taller, que también se celebraba por primera vez, ilustró cómo se vestía un rey de este periodo para la batalla. Además de conocer las armaduras, insignias y armas que portaban los monarcas en la guerra, también desveló las dificultades que aparejan este tipo de elementos para moverse con soltura, especialmente cuando se está en el campo de batalla.

Una vez concluido este evento, la recreación se tomó una pausa para recargar fuerzas con la comida que concluyó a las cinco y media de la tarde, cuando los compromisarios llegaron a Caspe, se presentaron y se encerraron en el castillo. Tras salir del edificio y tomar sus posiciones, comenzó el acto principal: cuando los compromisarios realizaron el juramento que, a la postre, acabó dando como resultado la coronación del rey.

El final de la jornada se acercaba y solo faltaba el acto de homagium que, una vez celebrado, concluyó una magnífica jornada, incluida la recreación de la vida cotidiana de la época que durante todo el día se mostró en el Espacio Político. Así, Caspe celebró una exitosa edición del Juramento, que acercó la historia de la localidad y de Aragón a todos los públicos.