El transporte público en Zaragoza será gratuito en episodios de alta contaminación atmosférica. Se trata de una de las medidas que contempla la estrategia contra la lucha del cambio climático y que irá acompañada de otras como la restricción del tráfico así como de la circulación de los vehículos más antiguos y de las zonas de aparcamiento, principalmente en el centro de la ciudad.

Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, la concejala de Movilidad y Medio Ambiente, Teresa Artigas, presentó ayer la nueva Estrategia de Calidad del Aire y Cambio Climático de Zaragoza que se ha marcado tres objetivos para el 2030: reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) un 40%, los residuos domésticos que llegan al vertedero un 30% y las inmisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) un 60%. Para ello, el plan plantea 40 medidas que pasan por intervenciones relacionadas con la movilidad sostenible, al sector industrial, los servicios municipales y el diseño de la propia ciudad.

Ligado al Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), todavía en fase de elaboración, la concejala explicó que uno de los principales objetivos del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) pasa por reducir el tráfico privado, por lo que están estudiando restringir el tráfico por determinadas calles en el centro -por lo que se reabrirá el debate sobre la peatonalización-, limitar la circulación de los vehículos más antiguos y, por ende, más contaminantes, limitar las zonas de aparcamiento y las bonificaciones fiscales para los vehículos eléctricos.

MOVILIDAD SOSTENIBLE / Estas acciones están incluidas en el PMUS, pero la estrategia contra el cambio climático contempla que las restricciones sean mayores en momentos en los que la contaminación rebasa los límites recomendados. Además, incluye una novedad: la gratuidad en el transporte público, aunque todo está por concretar.

El área de Medio Ambiente está diseñando las medidas pero desde una óptica preventiva. Para ello, y gracias a los datos que facilita el Estudio Piloto para la Prevención de la Contaminación Atmosférica en la ciudad de Zaragoza (Precoz), ligados a los de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y la Red de Calidad del Aire, podrán detectar con 48 horas de antelación un episodio de contaminación excepcional.

De esta manera, el ayuntamiento podría poner en marcha el protocolo con dos días de antelación para minimizar su impacto. Sería entonces, según explicó Artigas, cuando se activarían los mecanismos de actuación, con la posible gratuidad del tranvía y el bus y el incremento en las restricciones en el tráfico.

El ingeniero del Circe, Abel Ortega, explicó que «el mayor foco de contaminación en la ciudad es el tráfico, por lo que hay que tratar de reducirlo». En los últimos años, con la llegada del tranvía, en el centro ha disminuido un 49% y en el conjunto de la ciudad un 9%.

Este plan no parte desde cero, sino que es fruto de la evaluación del anterior. Los objetivos diseñados en la estrategia 2005-2015, por la que se pretendió reducir hasta un 30% las emisiones, no se alcanzaron entre otras cosas porque la previsión se hizo contando con que iba a haber un mayor impulso de las energías renovables que nunca llegó a suceder y sin saber que el país iba a atravesar una gran crisis económica. La nueva estrategia incluye dos aspectos de gran relevancia: la salud y la información. Para el técnico de Educación Ambiental Jesús de la Osa «el cambio climático no solo va de osos polares, va de personas». Destacó la importancia que tiene en la salud el cambio climático y las consecuencias que pueden tener las temperaturas extremas, llegando a fallecimientos prematuros.

En cuanto a la comunicación, desde el área de Medio Ambiente prevén que a través de las acciones de sensibilización, comunicación y educación se puede reducir entre un 5 y un 7% la contaminación porque, al final, cualquier estrategia de lucha contra el cambio climático parte de las personas.

Este proyecto también hace hincapié en el sector industrial, que genera un 50% de las emisiones de CO2. Desde el ayuntamiento tratarán de implicar a las empresas zaragozanas para que mejoren sus mecanismos de reciclaje y actuación con la meta de minimizar el impacto medioambiental. Además, se trabajará en la gestionar sostenible del agua, el aprovechamiento de los residuos y la alimentación sostenible.

El consistorio prevé que con la medidas a aplicar se logrará en los sectores del Plan de Acción de Energía Sostenible (que dependen directamente del ayuntamiento) una reducción de 751.452 toneladas de CO2 al año.