Los adictos a la serie televisiva CSI (Crime Scenery Investigation--Investigación del Escenario del Crimen) pueden estar seguros de que las actuaciones de los criminalistas norteamericanos no tienen nada que ver con las de la Policía Científica en España, donde sólo en Madrid dispone de medios similares. Sin embargo, los agentes españoles, sin el sistema de la Policía de Miami y Las Vegas, han experimentado en los últimos años considerables avances en este campo.

La Brigada de Policía Científica de Zaragoza, que se creó como unidad independiente en 1995 y que dirige el comisario Narciso Ortega no tiene médicos forenses que lleven el peso de la investigación, aunque colaboran estrechamente con los del Instituto de Medicina Legal.

"No hay médicos forenses policías, al igual que no dirigen los fiscales las investigaciones. Un sistema similar al norteamericano sería muy complicado aquí. En realidad, nunca se ha iniciado un debate en serio sobre el modelo policial que se quiere. Sólo surgen comentarios en los medios de comunicación cuando se produce un caso de alcance nacional, pero no tienen continuidad. En España, la Policía Científica no dirige la investigación", señala Ortega.

La brigada de Zaragoza está integrada por 17 policías, además de otros dos adscritos en cada una de las cuatro comisarías de distrito. Pese al mimo con el que se trata a la Policía Científica, aquí pasa como en el resto de las unidades del Cuerpo, que falta por cubrir el 25% de las plazas asignadas.

Con los medios que se cuenta en Zaragoza, los policías sólo realizan investigaciones completas en algunas áreas, como la de documentación, que comprende todo tipo de falsificaciones, incluidas las de discos compactos, marcas de ropa y billetes; la de huellas, mediante el Sistema Automático de Identificación Dactilar (SAID), el mismo que se emplea en Estados Unidos; y la más importante, la inspección ocular.

"También abarcamos el área de balística operativa, pero la identificación se realiza a través del laboratorio nacional. Existen otras áreas en las que la función de la brigada es la recogida de muestras para luego remitirlas a nuestros laboratorios", explica el comisario.

La investigación y los medios avanzan en España conforme surgen o se intensifican los problemas. El aparato más sofisticado de la Brigada de Zaragoza, adquirido hace un año, es el Videoespectrum de Comparación, que permiten analizar los documentos falsificados con distintos tipos de luces (láser, infrarrojas y ultravioletas) y cuyos datos se memorizan en ordenador.

Según Ortega, "la disposición de este aparato no es sólo una cuestión de rapidez, esencial en los juicios rápidos, sino de calidad y presentación de los documentos a la autoridad judicial".

La falsificación de documentos se ha multiplicado en España, con especial incidencia en el problema de la inmigración. Los policías científicos afirman que se falsifican todo tipo de documentos, "incluso contratos de arrendamiento".

Respecto a la proliferación de billetes de euros falsos, los más habituales son los de 20 y 50. "No se falsifican los de 500 porque sólo se usan en transacciones bancarias", señala un policía de la brigada.

Sin embargo, hay otras falsificaciones en las que no se necesita el Videoespectrum para detectarlas. Pero es más rápido, como ocurre con los pasaportes con fotografías superpuestas o con correcciones difíciles de apreciar a simple vista.

El DNI noruego

"Se falsifica hasta lo que no existe. Este año hemos detenido a un ciudadano que, al ser identificado, presentó un documento de Noruega. Era perfecto, no había ningún error, pero el sospechoso fue descubierto. No existen documentos de identidad en Noruega. El no lo sabía, pero los policías, sí", recuerda Ortega.

La estrella de la investigación en la Policía Científica es el ADN, que tampoco es un área completa para la brigada de Zaragoza. En España hay dos ficheros de ADN. El Véritas reúne vestigios recogidos en actuaciones policiales, perfiles genéticos, o muestras que se toman de las encías de los sospechosos. "Es un fichero para cotejar", señala el comisario.

El otro se denomina Humánitas y en él se registran los resultados de los restos humanos de víctimas de catástrofes, como el accidente aéreo en Melilla o la explosión en el cámping de Los Alfaques. También de personas desaparecidas y de criminales. Sin embargo, en España no se ha planteado seriamente la creación de un banco de datos de ADN como en Inglaterra.

Ortega se muestra categórico a este respecto: "Por supuesto que tendría que existir. Al igual que hay banco de huellas de detenidos, la Policía tendría que tener uno de ADN, especialmente en algunos casos, como los delincuentes sexuales, muchos de los cuales vuelven a delinquir".