El desconocimiento general sobre el medio natural hace qué pensar cuando se habla de la ganga. Pero quien espere hallar en el entorno medioambiental aragonés un objeto apreciable que se adquiera a poca costa o con poco trabajo, tal y como define el diccionario este vocablo, se equivoca. La ganga es un ave esteparia catalogada en Aragón como sensible a la alteración del hábitat , y que tiene en la comunidad una de sus mayores colonias de Europa con la presencia de dos especies, como son la ganga ibérica y la ganga ortega.

Radioseguimientos

El Departamento de Medio Ambiente se ha propuesto impulsar la supervivencia de ambas especies mediante un estudio de año y medio de duración y un presupuesto de 120.000 euros. "El objetivo principal de este trabajo es adquirir los conocimientos básicos de la situación por medio del radioseguimiento de ejemplares equipados con emisores", afirman desde la DGA. A través de este sistema se conocerán tanto los parámetros reproductivos como las amenazas.

La presencia de ortegas en Europa está estimada en menos de 11.000 parejas, de las que entre 5.000 y 10.000 se localizan en España, sobre todo en la cuenca de Ebro. Belchite, Muniesa, Llanos Turolenses y Gallocanta, entre otros, son lugares en donde existen poblaciones abundantes, aunque sus densidades siguen siendo tan bajas como que en muchos lugares ni siquiera alcanzan las 0,25 aves por kilómetro cuadrado.

En cuanto a la ganga, la Cuenca del Ebro es uno de los núcleos más importantes de toda Europa, ya que su población puede estimarse entre 6.000 y 7.000 individuos, que se distribuyen por Bardenas, Monegros, estepas leridanas, Borja-Fuendejalón, Belchite y Alcañiz.

Ganga y ortega son aves de tamaño mediano, que evitan las zonas forestadas o montañosas y cuyo hábitat lo componen los barbechos y rastrojos. Son sedentarias, de alimentación vegetariana y con un éxito reproductor muy bajo.

El declive de ambas especies comenzó hace 30 años. Entre las causas, la más importante fue la transformación del hábitat con la roturación de zonas con vegetación esteparia, la concentración parcelaria, la reducción de las prácticas de barbecho, el incremento de la presión ganadera o la caza.