Para celebrar San Valentín las personas entregan flores y besan a sus parejas como demostración de su amor hacia ellas. En Irán, Yasaman Aryani, una joven activista iraní, fue detenida y condenada a 16 años de carcel cuando el pasado 8 de marzo, junto con su madre, entregaba flores y besos en el metro de Teherán transmitiendo sus deseos de ver a las mujeres ahí presentes libres.

Amnistía Internacional ha querido este viernes reproducir esta misma situación en Zaragoza para dar apoyo a Yasaman y a todas las mujeres que en Irán son reprimidas por defender sus derechos. Por eso, quisieron dar a conocer a la gente que a veces un gesto tan normal como besar o entregar flores, puede salir demasiado caro en otro país llegando a costar «una condena de 18 años de cárcel».

Desde este movimiento trasladaron su preocupación por la situación de las mujeres en Irán y, sobre todo, «por las activistas», porque la represión es un instrumento que se usa «habitualmente debido a que «están aumentando los casos de mujeres que protestan».

Desde Amnistía Internacional aseguraron que no querían concienciar a la gente, sino conseguir «que actúen» a través de sus redes sociales, que tanto poder tienen hoy en día. «La gente puede pensar que no van a conseguir nada pero no se trata de pensar a nivel individual, sino pensar en que uno, más otro, y otro, se van sumando, y podemos obtener miles de denuncias ante la situación que viven ahí».

Objetivo

El objetivo es mencionar al líder supremo del país y que la presión desde otros lugares del mundo le llegue para que se produzcan cambios ante estas injusticias. «Parece una tontería pero 1.000 tuits en un día, más otros 1.000 al día siguiente, pueden crear presión al gobierno iraní y hacer que se replanteen cosas».

Desde el movimiento son conscientes de que no todo es «automático, rápido y fácil» sino que lleva trabajo conseguir que este tipo de eventos den resultados. A pesar de esto, aseguraron que lo han conseguido en más de una ocasión y que «todos los años» tienen muy buenos resultados.

Este evento simbólico consiguió ayer mandar todo el apoyo posible desde Zaragoza a esas mujeres que han luchado y siguen haciéndolo por sus derechos. Además, ayer recibieron «relativamente buenas noticias de Irán» debido a que se les ha reducido la pena, tanto a Yasaman como a su madre, Monireh, a nueve años y siete meses de prisión.

Sus sentencias ahora se componen de cinco años y seis meses por «incitar y facilitar la corrupción y la prostitución» a través de la promoción de la «revelación», tres años y seis meses por «reunirse y coludir para cometer delitos contra la seguridad nacional» y siete meses por «difundir propaganda contra el sistema».

Esto no va a frenar todos los intentos por cambiar las cosas debido a que se sigue exigiendo la puesta en libertad «de forma inmediata» y un trato justo a ellas y al resto de mujeres que sufren la represión.