Un grupo de personas hizo ayer un escrache al alcalde de Jaca, el socialista José Manuel Ramón, al término de una cacerolada convocada por asociaciones hosteleras a las puertas del ayuntamiento de la ciudad para protestar por las medidas de confinamiento y reclamar ayudas para la economía de los valles pirenaicos.

El propio regidor jaqués, arropado por numerosos miembros de la junta local del PSOE y de la diputada Olvido Moratinos, había participado en la concentración, en la que intervinieron medio millar de personas que llevaban pancartas en las que se pedía la dimisión del presidente de Aragón, Javier Lambán.

Cuando terminó la manifestación, un grupo de personas de entre 30 y 60, según las fuentes consultadas, comenzaron a seguir al alcalde, a quien acompañaban varios concejales y vecinos afiliados al PSOE. El seguimiento se realizó en dirección a la casa del alcalde, pero este pasó de largo por la misma y continuó con sus acompañantes hacia la Escuela Militar de Montaña. Finalmente, optaron por entrar en el Palacio de Congresos, donde la Policía evitó que entraran los que participaban en el escrache y que gritaban «¡Dimisión, dimisión!» y lanzaban insultos como «jetas» y «sinvergüenzas».

"Personas que no respetan la democracia"

"Personas que no respetan la democracia"«La Policía les ha impedido entrar en el Palacio de Congresos y ha identificado a algunos», manifestó ayer José Manuel Ramón, que aseguró que no piensa denunciar los hechos, que atribuyó a personas «que no respetan la democracia» y de «determinada filiación política». El alcalde señaló que sus seguidores habían lanzado expresiones injuriosas contra él y sus compañeros.

En total, el escrache duró poco más de 10 minutos y discurrió entre la calle Mayor y la avenida Juan XXIII, separadas por algo más de un kilómetro.

Los participantes en el escrache no dejaban de hacer sonar cacerolas y esquilas, y uno de ellos se dirigía continuamente al alcalde de Jaca, al que se refería con la expresión de «careta». «Nos damos cuentas de las tretas. No nos tratéis como a gilipollas», añadió, al tiempo que acusaba al regidor a voz en grito de no hacer nada por la ciudad.

Ánimos muy caldeados

Los ánimos están muy caldeados en los valles del Aragón y de Tena, manifestó un miembro de la oposición. «En Jaca no hay prácticamente casos de covid y la ciudad está confinada como si estuviera en una situación tan mala como otras localidades, con lo que se está causando un gran daño al sector turístico», añadió.

Los manifestantes criticaron que los horarios impuestos, así como la prohibición de viajar entre provincias y comunidades, está causando graves pérdidas a sectores como la hostelería, el comercio y el esquí. En particular, señalaron que en los centros comerciales de Zaragoza se producen aglomeraciones, permitidas por las autoridades, que son más perjudiciales para la salud pública que la actividad turística.