El rey Felipe VI ha hecho referencia en su discurso a los aplausos que suenan todas las tarde en los balcones durante su intervención, pero mientras pronunciaba esas palabras desde las ventanas de muchos hogares aragoneses sonaba una fuerte cacerolada.

La convocatoria, anunciada a través de las redes sociales, como el resto de muestras de apoyo que se suceden durante el encierro por el coronavirus, pretende mostrar el rechazo a la Casa Real en una semana en la que se han conocido las cuentas que mantenía en paraísos fiscales el emérito Juan Carlos I. En algunos puntos de Zaragoza se escucho el Himno de Riego y también canciones como Bella Ciao.

Así, la breve alocución del Jefe del Estado ha provocado que en muchos hogares sonaran cacerolas, esgrimidas por vecinos que también se suman a los aplausos diarios y por otras personas que hasta ahora no habían mostrado su opinión en este tipo de quedadas.

Las cacerolas han sonado en distintos barrios de Zaragoza, Huesca y Teruel, también en algunos pueblos y capitales comarcales. Este gesto ha pretendido mostrar el enfado de la ciudadanía por la opacidad de la institución.