La Policía ha desarticulado una enorme organización que vendía ilegalmente anabolizantes, esteroides y hormonas (tres sustancias que aumentan la masa muscular). Además, la red traficaba con éxtasis líquido, cocaína y hachís. La mafia actuaba a través de internet y también tenía pequeños vendedores que pertenecían al ámbito de los gimnasios.

Uno de las veintiuna personas detenidas por formar parte presuntamente de la red es un vecino de Zaragoza, Juan R. C., un deportista aficionado que en la tarde de ayer pasó a disposición judicial y que, al parecer, se servía de internet para ponerse en contacto con otros miembros de la organización. En la capital aragonesa fueron detenidos otros dos sospechosos, pero fueron puestos en libertad tras prestar declaración.

Según los investigadores, era "muy fácil" vender las sustancias a clientes que buscaban "progresos rápidos" en su musculación y que las tomaban sin control.

La operación policial --llevada a cabo en Zaragoza, Madrid, Málaga, Barcelona, Tarragona, Pontevedra, Alicante y Valencia-- empezó en mayo pasado. La brigada de investigación tecnológica de la Policía Nacional comprobó que una persona había inundado multitud de webs con anuncios que ofrecían, entre otras sustancias, éxtasis líquido, cocaína, hachís, anabolizantes, esteroides y hormonas.

El responsable de los anuncios era Francisco Javier R. V., un joven que residía en Málaga y que estudiaba cuarto de Medicina. Además, según los agentes, tenía conocimientos de farmacia, bioquímica e informática. Francisco Javier se comunicaba con sus clientes por correo electrónico, los chats y el messenger . Cuando enviaba un paquete de sustancias contrataba empresas de paquetería y ponía datos falsos en el remite para dificultar su localización.

DE CHINA A EEUU Francisco Javier no sólo vendía a clientes españoles sino que sus redes se extendían a países como EEUU, Argentina, Italia, Chile, México y Tailandia. Al principio, los agentes creyeron que el estudiante de Medicina era el jefe de la red y que bajo su responsabilidad actuaban una serie de personas distribuidas por toda la geografía española.

Sin embargo, los agentes descubrieron que, por encima de Francisco Javier, había tres personas: Jean Jacques G., ciudadano portugués; Santiago F. O., residente en Pontevedra; y Juan Miguel M. R., con domicilio en Málaga.

Estos tres individuos se dedicaban a la distribución a gran escala de las sustancias. Además, alteraban los contenidos. Para venderlos, contaban con un gran número de intermediarios que, a su vez, estaban relacionados con personas del ámbito de los gimnasios.