La Policía Nacional ha desarticulado en Zaragoza una organización empresarial dedicada, presuntamente, a la recaudación fraudulenta de fondos contra el cáncer infantil y para otras actividades solidarias en situaciones de emergencia. Los responsables de la entidad, cinco personas en total, destinaban el dinero conseguido gracias a las donaciones de terceros, un total de cinco millones de euros, a su enriquecimiento personal y bienes suntuarios. De hecho, el cabecilla llevaba un elevado tren de vida, con coches de lujo y grandes gastos en conocidos restaurantes.

Los cinco detenidos fueron llevados el pasado viernes ante el juez encargado del caso, que decretó el ingreso en prisión de todos ellos, salvo la esposa del empresario. Se trata de Roberto P. R., que encabezaba la trama, David C. C., Fernando C. U. y Óscar Alberto A. P.

Para conseguir el dinero, la organización, que giraba bajo el nombre comercial de Linceci (Liga Nacional contra el Cáncer Infantil) se servía de numerosos empleados que contactaban a las víctimas en la calle y de telefonistas que efectuaban llamadas desde un local del Actur, sistema que les permitía llegar a numerosos donantes potenciales e incrementar así las ilícitas ganancias de su actividad.

OFICINA EN EL ACTUR

El servicio fue llevado a cabo por agentes de la Policía Nacional pertenecientes a la Brigada Regional de Policía Judicial de Zaragoza que, desde un principio, pusieron el foco en un grupo de empresas que captaban dinero a cambio de ofrecer falsos productos solidarios. Según los investigadores, los sospechosos han podido incurrir en los delitos de estafa y organización criminal.

En el curso de la operación se procedió a la incautación de bienes muebles e inmuebles, además de realizar el bloqueo de diversas cuentas bancarias. Su sede central se halla en los bajos de la calle Carlos Marx, en el distrito del Actur de la capital aragonesa.

La investigación, de la que se ocupa el Juzgado de Instrucción número dos de Zaragoza, se inició tras una denuncia presentada por Aspanoa (Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Aragón) contra las actuaciones opacas de una asociación que decía recaudar dinero para destinarlo íntegramente a la lucha contra el cáncer infantil.

La asociación fraudulenta se publicitaba ampliamente a través de una página web, revistas, venta de productos solidarios y diversos actos con los que llegó a recaudar fondos por importe de unos dos millones de euros en cuatro años.

Asimismo, también operaban con otra empresa, destinada igualmente a la captación de fondos de donantes para actuaciones en emergencias. A través de esta sociedad los investigados habían recaudado más de tres millones de euros en cinco años.

Sin embargo, el dinero donado era destinado al sostenimiento de una estructura empresarial de la que vivían los detenidos y más de 40 trabajadores. De esta forma el principal dirigente, un empresario sin antecedentes, disfrutaba de un llamativo nivel de vida, conduciendo vehículos de alta gama y comiendo asiduamente en los mejores restaurantes.

Mediante técnicas comerciales, a través de llamadas telefónicas, voluntarios en la calle y actos diversos, recabaron fondos de donantes particulares hasta alcanzar entre las dos sociedades cinco millones de euros en cinco años.

SEDE EN PERÚ

Desarrollaban acciones de donaciones de juguetes (donados por terceros), actividades lúdicas y deportivas (llevadas a cabo con las aportaciones de personas ajenas al entramado) y otras acciones menores cuyo único fin real era el de dar soporte publicitario a su actividad.

Según se desprende del dispositivo, denominado operación Andes, la empresa sospechosa tiene una ramificación en Perú que todavía está pendiente de investigación. Para ello se confía en la abundante documentación incautada en la sede de la entidad sospechosa, que incluye discos duros, registros de contabilidad, impresos oficiales.