La Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía ha vuelto a desarticular una banda dedicada a la introducción de speed procedente de Holanda que era distribuído en la ribera del Ebro, tanto en Zaragoza como en Navarra. En total han sido detenidas 15 peronas. A finales del año pasado, los mismos agentes arrestaron a diez personas y decomisaron el mayor alijo de metanfetamina hallado en Aragón, de 98 kilos.

En esta ocasión, el Cuerpo Nacional de Policía se incautó de 2.500 gramos de sulfato de anfetamina, 155 pastillas de éxtasis, 25 gramos de metanfetamina y cinco de ketamina, así como de casi 42.000 euros en metálico. La banda, según fuentes policiales, tenía ocho puntos de venta de droga en el barrio de la Bombarda, y en las localidades de Remolinos, Mallén, Ejea de los Caballeros, Cortes (Navarra) y Tudela.

Las investigaciones comenzaron en el mes de enero cuando la Policía tuvo conocimiento de la existencia de una peluquería en Zaragoza, con escasa actividad legal pero con un tránsito diario fluido de personas. Tras unos dispositivos de vigilancia, los agentes constataron que su propietario, O. C. L., utilizaba el negocio para la venta de speed y que lo almacenaba en un domicilio en la localidad de Remolinos, donde también lo distribuía.

A partir de ahí, consiguieron identificar los proveedores de la droga. Eran, presuntamente, dos hermanos, P. A. P. y D. A. P., que regentaban un taller de vehículos en Mallén y que importaban la sustancia estupefaciente directamente desde Holanda, oculta en vehículos preparados específicamente para tal fin gracias a las caletas que les realizaban.

El local de estos jóvenes era utilizado como punto para la manipulación y corte de la droga una vez introducida en España. En el mismo se intervinieron máquinas de envasar al vacío, abundantes sustancias químicas utilizadas como material de corte , batidoras, balanzas de precisión, bolsas de envasado y otros elementos utilizados para el corte de la droga. Entre los arrestados destaca un vecino de Ejea, C. V. M.. que utilizaba a su hijo de 17 años como camello.