Una puerta de siete metros de altura se desplomó el pasado viernes en la basílica del Pilar de Zaragoza mientras estaba siendo sometida a una revisión, sin causar más daños que los que sufrió la propia hoja al caer.

El incidente tuvo lugar cuando, durante las tareas de mantenimiento, se desprendieron unas bisagras, cuyo ajuste demorará las obras de recolocación de la hoja, que no tienen fecha prevista de finalización. Tampoco estimación de los daños que se produjeron en la gran hoja de la puerta en la caída.

La puerta desprendida, ubicada en la salida más próxima a los antiguos juzgados de la plaza del Pilar, no causó daños a ningún feligrés que en ese momento pasara por la zona, pues se estaba celebrando misa en otra zona y no había paso hacia el atrio.