Robar a un traficante de drogas es una actividad que suele quedar impune ante el miedo de las víctimas a ser perseguidas por dicha actividad ilegal. Eso lo saben quienes llevan a cabo este tipo de asaltos, conocidos en el argot delincuencial como vuelcos, aunque no siempre pasan tan desapercibidos como esos criminales quisieran y acaban siendo descubiertos. El último caso tuvo lugar esta semana en Zaragoza, ciudad en la que el Grupo I de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía ha desarticulado una banda dedicada a ello.

La investigación comenzó el pasado mes de octubre cuando dicho grupo policial tuvo conocimiento de la existencia de una organización criminal afincada en la capital aragonesa cuyos miembros se dedicaban a los vuelcos, empleando especial violencia. Una vez identificados los componentes de esta organización y en coordinación con el Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES), fueron interceptados a la altura de la avenida Madrid, en el zaragozano barrio de Delicias, tras intentar darse a la fuga con su vehículo y causar daños en los coches policiales. En el momento de la detención de los tres individuos, los agentes intervinieron del interior del turismo un paquete envuelto en plástico transparente film conteniendo cogollos de marihuana, así como diversos útiles para efectuar robos con violencia, tales como un spray de defensa personal, bridas plásticas, cinta de carrocero y guantes.

El modus operandi de esta organización criminal era siempre el mismo, según pudo saber EL PERIÓDICO. Los ahora arrestados se ponían en contacto con el traficante de turno al que hacían, supuestamente, varias compras hasta que se ganaban su confianza. Posteriormente, le hacían ver que estaban interesados en adquirir mayor cantidad y les preguntaban las previsiones de compra. Cuando detectaban que la futura víctima almacenaba una gran cantidad de droga, especialmente marihuana y hachís, llevaban a cabo el robo.

Lo mas curioso era que una vez planificado el asalto, los miembros de esta banda tenían a un chamán como un asesor de cabecera, quien le hacía un rito mágico para que todo fuera bien y les daba una serie de pautas a seguir como, por ejemplo, que se ducharan de una forma específica.

Gracias a ello, según estas mismas fuentes, los tres miembros de esta organización habrían conseguido dar varios golpes, si bien la Policía Nacional no puede determinar un número exacto porque no suelen ser denunciados.

Los presuntos autores, D. T. de 44 años, A. C.. , de 39 años, y K. C,. de 53 años, todos ellos de Mali, fueron trasladados a dependencias policiales y posteriormente puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza, quedando en libertad tras ser oídos en declaración. No era la primera vez que eran detenidos por hechos similares.

A principios de mes, la Policía Nacional detuvo en Calatayud a seis personas por un vuelco de drogas. En esa ocasión un vecino de la localidad zaragozana contrató, supuestamente, a tres residentes en Toledo para llevar a cabo el robo de marihuana en un piso.