La Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza ha decidido pasar de las palabras a los hechos y llevar a los tribunales la polémica por la ordenanza de veladores aprobada el año pasado. Sus diferencias con el Ayuntamiento de Zaragoza respecto a "la interpretación" de la norma y la "poca flexibilidad" que esta ofrece para que los establecimientos de la ciudad puedan sacar rendimiento al espacio que sus terrazas ocupan en la vía pública les ha llevado a interponer un contencioso administrativo contra el consistorio. Pese a que, según ha podido saber este diario, esta decisión no cuenta con el respaldo de todos sus asociados.

El objeto del conflicto es lo que la ordenanza establece como superficie estándar para medir cuántos veladores caben en una terraza. En todo caso, de cuatro metros cuadrados (dos de longitud por dos de anchura). Y teniendo en cuenta que para el ayuntamiento, en su nueva normativa, el tratamiento es el mismo para una mesa y cuatro sillas que para un barril o una estufa, el enfado era previsible, por las limitaciones que esto ofrece, especialmente en las calles más estrechas de la ciudad, donde están obligadas a respetar 1,8 metros de anchura para permitir el paso a los peatones.

MÁS LIBERTAD "¿Quién puede pensar que un barril ocupa cuatro metros de anchura? Ni siquiera una mesa con cuatro sillas ocupa eso", lamentó el secretario de la asociación Gregorio Ballestín. A su juicio "sería más racional que la ordenanza regulara una superficie total y los bares decidieran cómo organizan ese espacio de terraza". Se establecen los límites, con la longitud ocupada en la fachada y la distancia que se deja para el tránsito peatonal y todo lo demás "se pueden poner un número determinado de mesas o otro mayor de barriles, que ocupan menos". Porque, como apostilló la asociación, "si eso es lo que hacemos dentro de los locales, ¿por qué no fuera?". A su juicio, el dueño de un bar "es el primero que quiere que sus clientes estén cómodos".

Lo vienen reclamando desde el año pasado, con quejas por las limitaciones que existen en calles muy concretas --especialmente del Casco Histórico--, y los datos de este año no hacen sino demostrar la evidencia: se mantiene el mismo número de negocios que tienen pedida y aprobada la solicitud para montar velador "pero en estas se han reducido sustancialmente el número de mesas y sillas disponibles" para la clientela. Y en tiempos de crisis y con la prohibición de fumar dentro de los bares, hasta el último metro cuadrado de calle es dinero para sobrevivir.

"Si hay que establecer una medida estándar, consideramos más justo que se aplique la de 1,5 metros de largo y de ancho", explicaron. La medida, aseguraron, no es arbitraria, ya que se ha recurrido a informes elaborados por expertos en los que "se demuestra que cuatro metros cuadrados no es la superficie que realmente ocupa un velador". Para el ayuntamiento no hay debate, ya que, según explicaron, "si la mesa mide 70 centímetros tanto de largo como de ancho y las sillas otros 50 a cada lado, los 30 centímetros restantes se ocupan fácilmente cuando hay gente sentada". Porque no están pegados a la mesa.

En el caso de los barriles, una solución por la que muchos bares optaron cuando, al entrar en vigor la ley antitabaco, había una laguna legal en la norma municipal, las dimensiones son idénticas, cuatro metros cuadrados, aunque en la práctica no siempre se den.

La decisión de Cafés y Bares de judicializar su rifirrafe particular con la teniente de alcalde de Servicios Públicos, Carmen Dueso, no impide, a su juicio, "que sigamos negociando" la modificación de la ordenanza.