La caída de la inversión pública durante la última década ha tenido un impacto directo en el envejecimiento de las infraestructuras aragonesas. Tanto es así que si en el 2007 el 15,8% de estas tenían más de 20 años de antigüedad, este porcentaje se ha elevado hasta superar el 22%, según el informe El stock de capital en España y sus comunidades autónomas. Evolución de la edad media de las inversiones y envejecimiento del capital, elaborado por la Fundación BBVA y el Instituvo Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). Uno de sus autores, Francisco Pérez, es claro al señalar que «si continúa esta parálisis en los próximos años habrá graves consecuencias» en el conjunto de España.

En Aragón, la peor parte se la llevan las infraestructuras urbanas, ya que si en el 2007 el 10,8% tenían más del 10,8% de antigüedad, ahora esa cifra está ya en el 25,62%. Mientras, el porcentaje en carreteras ha pasado del 17,4% al 23,8%. Además, Aragón es la tercera región con las infraestructuras hidráulicas más viejas, solo por detrás de Canarias y Extremadura.

Las menores diferencias se encuentran en los aeropuertos (en la última década se ha pasado del 5% al 6,09% con más de 20 años de antigüedad) como consecuencia de la inyección pública recibida tanto en el aeródromo de Zaragoza como en el de Teruel.

Este freno a las inversiones se ha producido a raíz de la crisis económica desatada en el 2008 y afecta a carreteras, ferrocarriles, infraestructuras urbanas o hidráulicas y aeropuertos. En el caso de Aragón, uno de los ejemplos más palpables de esta falta de impulso está en la línea ferroviaria que une Valencia con Zaragoza por Teruel. En un vídeo reciente, que se hizo viral por las redes sociales, se podía ver cómo un tractor con más de 10 años de antigüedad era más rápido que el tren que circulaba por esta línea. «La situación de este ferrocarril es lamentable», reconoce el propio autor del estudio, que recalca que la concepción radial de las comunicaciones en España «ha dejado muy tocado el eje Cantábrico-Mediterráneo». Y es solo un ejemplo.

Pérez subraya que el déficit de infraestructuras que afecta a la comunidad también se ve reflejado en este informe, ya que «si estas vías estuvieran construidas se hubieran ejecutado las inversiones» y esto no ha ocurrido. A su juicio, los años de crisis han provocado que el desembolso más cuantioso se haya desplazado al gasto social en detrimento de otras partidas de inversión como las infraestructuras, y alude a la situación que vive Italia -con una red muy envejecida-- como posible espejo en el que mirarse en los próximos años. «La inversión pública en España sufrió una brusca caída a partir de 2009 de la que todavía no se ha recuperado. La inversión bruta ni siquiera cubre la depreciación de los capitales acumulados y si el ritmo inversor se mantiene en los niveles actuales, en 2030 casi la mitad de las infraestructuras públicas españolas tendrá una antigüedad superior a 20 años.

SÉPTIMA DEL RÁNKING

Pese a todo, el estudio coloca a Aragón como la séptima comunidad con las infraestructuras más envejecidas, por detrás de Madrid, Galicia, Baleares, Castilla y León, Cataluña y Ceuta y Melilla. Desde la perspectiva nacional, en el 2016 el 24,2% de las infraestructuras públicas tenían más de 20 años de antigüedad (dos puntos por encima de Aragón) frente al 14,2% en 2007.

El efecto de las inversiones de la Exposición Internacional del 2008 en Zaragoza fue «relativa», apunta Pérez, que, no obstante, reconoce que Aragón es una de las regiones que registra un mayor esfuerzo inversor en los últimos 20 años.