FICHA

Los bilbilitanos brindan estos días una especial acogida a uno de los muchos nacimientos que cada año se instalan en la ciudad, el de San Pedro de los Francos. Pero el atractivo no reside esta vez en la belleza, por otro lado indudable, de las figuras si no en la del propio entorno. Y es que este templo, un curioso ejemplo de la arquitectura del siglo XIV, abrió sus puertas esta Nochebuena tras 25 años de laboriosa restauración.

Sólo desde el día 24 al 27 de diciembre unas 8.000 personas pasaron por esta iglesia, según informó a Efe el concejal bilbilitano de Cultura, Enrique Rincón. Y la lista de visitas sigue creciendo cada día que pasa. Además, las primeras jornadas de puertas abiertas dejaron varias anécdotas, como la visita que hicieron un grupo de coralistas iberoamericanos, que una vez en el templo "ofrecieron un improvisado concierto de villancicos".

Entre las columnas góticas, curiosamente inclinadas, y las pinturas de los muros, decoradas originariamente al estilo mudéjar, el Belén de San Pedro de los Francos ocupa un pequeño espacio, limitado a una de las capillas laterales.

Tras este breve paréntesis navideño, el edificio volverá a cerrar sus puertas el próximo día 2 para que se lleven a cabo los retoques finales de la obra y posteriormente se procederá a su inauguración oficial, en una fecha aún por determinar entre las instituciones que han sufragado los tres millones de euros que ha costado su restauración.