Zaragoza ha visto deteriorados sus servicios públicos municipales que reflejan un índice de satisfacción de la ciudadanía de tan solo el 50%, un porcentaje que la coloca muy por debajo de la media nacional. La capital aragonesa aprueba, por tanto, por los pelos, según se desprende del III Barómetro de Satisfacción de los Servicios Públicos impulsado por el Observatorio de Servicios Urbanos (OSUR), que realiza una radiografía de las 30 poblaciones más pobladas de España.

En el caso concreto de Zaragoza, el descenso es de 16 puntos respecto al último año, lo que coloca a la capital aragonesa en el puesto número 15, una marcada caída para una ciudad que llegó a ostentar el número 10. Con todo, hay importantes diferencias y puntos positivos, como el hecho de que el suministro de agua genera una satisfacción del 72%, ocho puntos por encima del anterior estudio. Se trata del servicio más valorado, con solo un 10% de ciudadanos descontentos.

Por otro lado, la recogida de basuras satisface al 67% de los encuestados, lo que supone un descenso de seis puntos respecto del año anterior. Destaca el hecho de que la frecuencia del servicio genera un 77% de satisfacción, mientras que los contenedores de reciclaje cosechan un apoyo positivo del 67%.

SUSPENSO EN TRANSPORTE

La situación se complica en el apartado dedicado al transporte público, donde el grado de satisfacción no alcanza el aprobado y se queda en un escaso 49%, un 12% menos que en el anterior ejercicio. Ello no impide que el número de ciudadanos insatisfechos caiga al 21%, frente al 26% del barómetro del año pasado. Como puntos positivos cabe señalar que la frecuencia del tranvía y la limpieza de los vehículos reciben una puntuación de aprobado.

En cuanto a la limpieza viaria, el nivel de satisfacción se sitúa en un 39%, un bajón de 14 puntos sobre el 2017. Aquí todos los puntos analizados son negativos en opinión de los entrevistados, ya se trate de la limpieza de las aceras, la frecuencia de la limpieza de las calles y la existencia de los excrementos caninos.

Otro capítulo polémico es el que hace referencia al estado en que se encuentran los espacios comunes y las zonas verdes, con solo un 34% de satisfacción, un porcentaje que entraña un suspenso tras el 55% registrado en la anterior medición.

Los insatisfechos en lo que concierne al aspecto de las zonas públicas de la ciudad se sitúan en un 30%, frente al 32% anterior.

Aquí, de nuevo, suspenden todos los parámetros contemplados y sometidos a la opinión de los residentes en la capital aragonesa. Así, la frecuencia de las tareas de mantenimiento recibe fuertes críticas, al igual que el estado en que se encuentran las instalaciones deportivas, cuyo equipamiento es asimismo objeto de comentarios desfavorables. Otro punto que genera disconformidad es el hecho de que, según numerosas personas consultadas, existen problemas para conseguir un espacio deportivo en la fecha y hora solicitadas.