Delicias es el barrio más poblado de Zaragoza. Uno de los de toda la vida, obrero, con vecinos que se criaron entre sus calles y plazas y que ahora conviven con personas de otros países y culturas, con comercios con identidad propia y calles estrechas, con edificios de toda índole y una evidente falta de espacios públicos y zonas verdes. Esta es una de las principales reivindicaciones de un distrito muy involucrado con las políticas sociales. «Si tuviéramos que pedirle tres cosas al alcalde, Jorge Azcón, serían alternativas de ocio seguro y universal, un nuevo colegio de Infantil y Primaria de calidad -ojo a la matización- y que los servicios sociales lleguen a toda la población». Este es el resumen que hacen desde la Asociación de Vecinos Manuel Viola.

Este distrito, con «31.500 personas por kilómetro cuadrado» y el 15,64% de la población que reside en Zaragoza, carece de grandes espacios al aire libre. Ahora son más necesarios que nunca, ya que la crisis sanitaria invita y obliga a disfrutar del ocio en la calle. «Es una de nuestras carencias, no tenemos grandes plazas y tampoco zonas verdes», comentan desde la entidad vecinal. El parque Delicias, tremendo en sus dimensiones, satisface las necesidades de una parte del barrio y, la otra, tiene que desplazarse o bien a este pulmón verde o a la ribera. «Sería buena idea que se proyectaran más lugares así, sobre todo ahora», insisten los vecinos.

Histórico

Lo cierto es que Delicias, con muchos años de historia, carece de parcelas para proyectar nuevos parques, aunque sean de tamaño discreto. Una alternativa podría ser crear una supermanzana en el distrito, tan de moda en la capital pero que no se plantean los vecinos. No se muestran tan reacios con la posibilidad de crear una zona de tráfico calmado, con calles pacificadas por las que solo pudieran circular los residentes. Proponen, por ejemplo, las calles Daroca, Jaca o Bolivia, y sus alrededores. Una opción que permitiría embellecer estos rincones y mejorar la calidad de vida de sus vecinos.

Uno de los motivos por los que rechazan estas operaciones es por la falta de aparcamiento. Encontrar un hueco para aparcar en Delicias no es sencillo, más bien una tarea que requiere de un grado de paciencia extra. Tanto la supermanzana como la pacificación de sus calles obligaría a expulsar (o limitar a residentes) el tráfico rodado y se reducirían los estacionamientos, así que prefieren sumar plazas antes que eliminarlas.

Comercio local

El comercio de proximidad es vital para sus vecinos. Es su seña de identidad. No es de extrañar si uno echa la vista atrás y piensa en lo que un día fue la calle Delicias. «Tuvo unos años en los que atraía a tanta gente como la calle Alfonso», recuerdan desde la Asociación Manuel Viola. Vecinos de otros distritos se desplazaban hasta este vial para renovar su armario de ropa y las tiendas de las grandes cadenas la elegían para abrir sus locales.

El Ayuntamiento de Zaragoza quiere recuperarla, que vuelva a ser un lugar de referencia. Por eso la ha elegido para crear una de las dos primeras galerías urbanas de la ciudad, como un centro comercial al aire libre pero con tiendas de barrio, nada de grandes cadenas.

Según el estudio del Plan Local del Comercio, se prevé que este distrito sea uno de los que más locales cierre como consecuencia de la crisis del coronavirus, así que toda acción que se lleve a cabo será buena para evitarlo.

La densidad poblacional de Delicias tiene sus consecuencias. El distrito está dotado de equipamientos que acaban masificándose. Sucede con los colegios, y no es de extrañar porque hay «más de 12.000 niños menos de 14 años. Lo mismo sucede con los centros cívicos o los de salud. «Hay tanta población que resultan insuficientes», aseguran.

Vivienda

En Delicias reivindican el derecho a la vivienda digna. Desde Manuel Viola admiten que el consistorio tiene una línea de subvenciones para rehabilitar las viviendas que no acaba de resultar atractivo porque el coste que deben asumir los propietarios es muy elevado. Este es uno de los principales problemas a los que se enfrentan las comunidades sin ascensor, que lo quieren y lo necesitan (sobre todo la población mayor), pero la mayoría no lo puede afrontar.

Respecto a la Movilidad, desde la entidad admiten que no tienen grandes quejas, a diferencia de lo que sucedía hace años. Sí que sugieren que se mejore el servicio del 38 y que el autobús público mejore su servicio por Duquesa Villahermosa. Al tratarse de un barrio relativamente envejecido, las buenas conexiones en transporte público son vitales para que puedan desplazarse por la capital aragonesa.