La reapertura de la calle Don Jaime I al tráfico rodado llegó ayer sin previo aviso del Ayuntamiento de Zaragoza y con importantes novedades para circular por esta zona del Casco Histórico. Sin saberlo nadie, el nuevo vial, una vez que ha culminado la elevación de calzada hasta la rasante de la acera, la llamada cota cero o plataforma única, se ha convertido en la primera supermanzana experimental en la capital aragonesa. Porque después de mes y medio de obras en el tramo entre la calle Mayor y el Coso, más otro tanto antes del Pilar desde el paseo Echegaray, el estreno ha descubierto una arteria principal con más restricciones que antes y una limitación de velocidad mayor, a 20 km/h según el consistorio, y a 10 km/h según algunas de sus señales instaladas en los accesos, como la calle Mayor.

A la nueva calle Don Jaime I solo pueden entrar los «residentes, taxis, clientes de los hoteles de la zona, las bicicletas y los vehículos de carga y descarga», y estos últimos «solo entre las 8 de la mañana y las 8 de la tarde por un tiempo máximo de 30 minutos». Así reza en señales que desde ayer fijan las normas de circulación en el único tramo que antes de los trabajos realizados se podía utilizar por el tráfico privado, desde la calle Mayor hasta el Coso. Ahora, quienes no estén entre estos usuarios autorizados tienen prohibido el acceso.

SIN SEMÁFOROS

La valoración mayoritaria del ciudadano en su reapertura destacaba por la «mayor inseguridad» que ofrece esta plataforma única. Todos los cambios en movilidad generan problemas en los primeros días, pero este más vale que se disipe pronto, porque numerosos viandantes paseaban alegremente por medio de la nueva calzada ajenos a los coches y furgonetas que venían detrás. A paso de tortuga, eso sí, porque otra de las novedades era la desaparición de los semáforos en los cruces con la calle Mayor, con San Jorge y a la altura de la iglesia de San Gil. Que la prioridad es peatonal se respira en cada una de las nuevas normas, y que el tráfico rodado debe extremar las precauciones para circular es la norma no escrita más importante de todas las que regulan la circulación ahora en Don Jaime I.

Por eso, los primeros usuarios de la acera pedían ayer «medidas que eviten los despistes» para atajar esa inseguridad, especialmente para niños y mayores, que crea la nueva escena urbana. Para otros, «solo es cuestión de acostumbrarse, como cuando el tranvía empezó a pasar por el Coso».

Pero en la calzada la opinión de los conductores era más crítica con esta reapertura. Por esas restricciones nunca antes mencionadas por el consistorio, que cogieron por sorpresa a numerosos vehículos que ayer se aproximaban a Don Jaime I por la calle Mayor. Al parecer también a los responsables de Movilidad, ya que parece que las prisas de estrenarla para el puente festivo hicieron aflorar las numerosas deficiencias en la señalización que existen.

ERRORES EN LAS SEÑALES

Los vehículos que no entraban entre los usuarios autorizados tenían la obligación de girar por la calle Refugio, pese a que la señal que indicaba las restricciones se encontraba ya pasado el giro. En la calzada, a las señales horizontes se les ha borrado la flecha que indicaba antes que se podía seguir recto, pero 20 metros después aparecía otra flecha que obligaba a girar a la izquierda por la calle Don Jaime I. ¿Por qué? ¿No se podía seguir recto hacia Espoz y Mina si eras residente? La verdad es que sí se puede, pero esa flecha tenía sentido antes de prohibir el tráfico privado por Don Jaime I, cuando las restricciones comenzaban justo a la entrada de Espoz y Mina. Ahora, la antigua señal es la misma que se ha colocado en el giro hacia la calle Refugio.

Tampoco se ha modificado el recién creado aparcamiento para motos en la esquina de la calle Mayor con Don Jaime I, de manera que ahora en él o solo aparcan residentes con moto o si no, para salir de allí hay que circular unos 20 metros en contradirección hasta salir por la calle Refugio. Al parecer, se ha pensado convertir ese estacionamiento en una zona de carga y descarga, pero no se ha pintado todavía.

Así avanzaba la crónica matutina de un estreno en Don Jaime I en el que los errores se sucedían casi por inercia, pese a que la presencia de la Policía Local permitió conocer mejor las nuevas normas de uso de esta zona del Casco Histórico.

Después de una inversión de 330.000 euros y tres meses de obras, con el paréntesis de las fiestas del Pilar, los ciudadanos han conquistado la nueva calle Don Jaime I y ahora intentan aprender a habitarla. Con muchos menos coches, a la espera de que empiecen a pasar los autobuses, el gran ausente ayer, a partir del próximo martes.