El municipio de Bureta se ha visto sorprendido durante los últimos días con el hundimiento de una de sus calles principales, la circunvalación denominada B-40 de la localidad, que une la carretera con el centro de la población. El enorme socavón, de unos 20 metros cuadrados de extensión y cuatro de profundidad, se abrió hace dos semanas pero desde entonces han continuado produciéndose desprendimientos y la zona afectada abarca ya 12 metros de calle y una superficie de alrededor de 100 metros cuadrados.

El subsuelo de la zona está lleno de bodegas de vino excavadas en la roca, dos de las cuales han quedado destruidas, lo que ha provocado un desajuste del terreno que hacen absolutamente intransitable la zona. Parece ser que a esta circunstancia del subsuelo pudo sumarse la intensa lluvia caída durante el mes de mayo en la zona.

LA VOZ DE ALARMA Un vecino dio la voz de alarma al alcalde, Julián García, quien coordinó los primeros trabajos, ya que se produjo un corte de suministro de agua potable a toda la localidad, al vaciarse el depósito, que dejó a los 320 vecinos sin agua durante casi tres horas.

Técnicos de la DGA y DPZ ya han estudiado sobre el terreno las posibilidades de recuperación del vial y de su entorno, algo que parece complicado a causa de la presencia de numerosas bodegas bajo el pavimento. La zona ha sido visitada también por el presidente comarcal, Sergio Pérez, además del diputado Feliciano Tabuenca y del vicepresidente de la institución provincial, Martín Llanas, quienes se han interesado por su rápida recuperación. El vial es de cemento y se construyó hace poco más de un año y medio. Más reciente es todavía su alumbrado eléctrico, uno de cuyos postes se mantiene literalmente en el aire.