La zona del Rollo de Zaragoza hace años que no es lo que era, y los bares de toda la vida que perviven en la calle Moncasi no dan excesivos problemas ni al vecindario ni a las fuerzas de seguridad. Pero los vecinos de la calle Vasconia sí tienen de qué quejarse en los últimos años. Prueba de ello son las casi 200 denuncias que, desde el 2015 y hasta la semana pasada, ha tramitado la Policía Local por incidentes en la calle.

El foco de la inmensa mayoría de estas propuestas de sanción es el bar La Clave, ubicado en el número 4 de esta calle. Aunque el propio local suma 55 del total de denuncias, el resto, salvo un puñado por otros temas, tienen que ver con incidentes acaecidos «cuando cierra», indicaron fuentes policiales. Al funcionar como after hours, el horarios sería de las 10.00 a las 11.30 horas, aproximadamente.

Según detallaron las citadas fuentes, entre las infracciones detectadas en el propio local, por agentes de la Unidad de Protección Ambiental y Consumo (UPAC) escoltados por la Unidad de Apoyo Policial Operativo (UAPO), figuran la música demasiado alta, el exceso de aforo, la presencia de menores, la tolerancia al consumo de alcohol o las molestias en la vía pública (por ejemplo, por sacar los vasos), además de la falta de cooperación de los controladores de acceso (porteros) con las autoridades.

A estas se añaden otras por falta de higiene en los aseos, no tener la licencia de apertura visible, carecer de hojas de reclamaciones o no estar inscrito en el registro de empresas.

Pero estas infracciones son el menor de los problemas para los vecinos de la zona. Entre las alrededor de 130 denuncias tramitadas por incidentes en las calles están abundantes relacionadas con la seguridad ciudadana. Por ejemplo, desórdenes graves, desobediencia y faltas de respeto a agentes de la autoridad, posesión de drogas, daños en inmuebles o exhibición de objetos peligrosos. Estas, aclararon en la Policía Local, son infracciones administrativas. Es decir, no estarían incluidas las penales que, aunque solventadas por la UAPO, han de pasar por la Policía Nacional de camino al juzgado.

Restos de sangre

Entre estas figuran varios episodios que han trascendido de detenciones por riña tumultuaria. La última, el pasado fin de semana, cuando cuatro jóvenes ,uno de ellos menor, fueron detenidos por este delito. Los restos de sangre de la trifulca aún eran visibles esta semana en la acera frente al local. El tráfico de drogas que también se ha detectado en ocasiones, más allá de la posesión, tampoco estaría contemplado en esta estadística.

Todas estas denuncias, un número «importante», reconocieron fuentes municipales, han sido agrupadas en un solo expediente que ya obra en poder de la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza. Tienen pendiente una «inspección exhaustiva» del local y la causa para ver «si hay que adoptar alguna medida especial».

Si se adopta, no será demasiado pronto para el vecindario, que está «hasta el gorro» del bar, coincidieron varios consultados. Ninguno quiere aparecer con nombre y apellidos.

Según explican, es común que tengan que llamar a la Policía cuando empiezan a oír vasos rotos en la calle, preludio frecuente de una pelea. «Suele ser entre ellos», explicaban, ya que a ninguno le constaban agresiones a vecinos de la zona, más allá de algún que otro insulto.

La sangre en la acera forma parte del paisaje habitual, así como la orina y los daños en algún coche. «La Policía muchas veces tiene que cerrar los dos extremos de la calle para controlarlos», aseguraba uno. «Aquí acababa viniendo lo mejor de cada casa», aseguraba.

Solo el año pasado, indicaron fuentes policiales, llegaron a intervenir 35 veces por peleas el fin de semana en la calle, sin contar las ocasiones en las que, tras el aviso vecinal, ya no quedaba nadie cuando llegaron. Además, al ocurrir ya entrada la mañana, llegan a interferir en el comercio de la zona, según los vecinos. Algunos comercios consultados preferían no comentar nada.